En el artículo de hoy voy a tratar de hacer el análisis de una película, es algo que no hago mucho, pero me pareció interesante ya que estamos hablando de la perversión y de los asesinos seriales.

Espero lo disfruten.

Tenemos que hablar de Kevin.

Me pareció una buena película, sobre todo detalles como la analogía visual del festival de la Tomatada, símbolo de la libertad de Eva, y el de la pintura roja que le arrojan a su casa como resultado de los eventos pasados detonados por Kevin y el aprisionamiento que su embarazo fue para ella, aprisionada con un niño en un “castillo”, también detalles como el poster del gimnasio cuando Kevin está poniendo los candados, dice algo así como no pierdas la concentración sigue tu objetivo, y se puede relacionar con lo que Kevin está a punto de hacer; también la analogía visual de los leeches y el ojo humano después de que Celia perdió su ojo izquierdo, y la irónica música de la banda sonora, sobre todo la canción de Washington Philips, Mother´s last word to her son, que en la primera estrofa dice que él ha sido la alegría de su vida, después dice que él va a partir por el mundo en el que hay muchos males, pero que Jesús desde lo alto lo cuidará, cuando ella nunca lo quiso y él es el mal que el mundo tiene.

Desafortunadamente,  como en la mayoría de los proyectos donde participa Soderberg, no me queda claro el mensaje, pero la fractura en el flujo de la semiosis no me parece pensada o planeada como las de maestro Lynch que plasma la experiencia de una disociación de la personalidad (Lost Highway) o la esquizofrenia (Mullholland Drive)  o la psicosis paranoide que Cronenberg lleva a cabo en Spider, desde la perspectiva del sujeto. Es esta película, no sé si quiere plasmar el desarrollo de un sociópata o responsabilizar a la madre de esto, pero bien, hasta aquí del cine, ahora al caso.

Parecería que mientras Eva lava la pintura, lava también su culpa por los actos cometidos por Kevin, desde el principio de la película cuando ella está viviendo el apogeo de su libertad, la noticia del embarazo no le viene bien, la muestran en un vestidor con otras mujeres en cinta, y parece no reconocerse bien como una de ellas, muestran un parto doloroso, y una imposibilidad de relacionarse con el pequeño, como si este hubiera sido malo desde su gestación, más bien me parece que ella sufría algo parecido a la depresión post parto en que la nueva madre encuentra dificultad para relacionarse con el sujeto recién nacido, y quieren ponerla como detonante importante del trastorno de la personalidad o estructura psíquica de Kevin. Pero no todos los hijos no deseados, o que no tienen una relación o rapport con su madre se convierten en asesinos, solo que es uno de los elementos en la vida de Kevin que se integran a su estructura.

Ahora tenemos que hablar de Kevin. Kevin podría encajar en el Trastorno Antisocial de la Personalidad descrito en el DSM-IV (recurro a este solo cómo una referencia, nunca me ha gustado su uso, pues creo que se sale de los encuadres de cualquier corriente psicológica, y su quinta edición fue rechazada por la A.M.H.) cuyos criterio diagnóstico para este, cuenta con algunos de los siguientes elementos: imposibilidad de adaptarse a normas sociales o legales, deshonestidad, mentir con frecuencia para obtener un beneficio o por placer, impulsividad o incapacidad para planear a futuro, despreocupación por el bienestar de los demás,  irresponsabilidad y falta de remordimiento. De presentar tres o más de estas características después de los 15 años, al sujeto se le puede diagnosticar con este trastorno. Kevin cumple con todos.

Pero quisiera abordarlo desde la visión de nuestro genio austriaco Freud, y de su sucesor francés Lacan. Y comenzaré por eliminación. Para presentar una estructura psicótica de la que ya hable un poco en mi primer ensayo el sujeto debe presentar un lenguaje delirante, esto es que los conceptos que articula verbalmente no tienen objetos en la realidad que los respalden, y podemos ver que Kevin, no sólo no delira, sino que tiene una excelente percepción de lo que sucede a su alrededor y capaz de llevarlo a la palabra, cómo cuando le dice a Eva que la cicatriz de su brazo es producto del único acto honesto de su vida, o cuando dice que estamos tan mal que solo vemos televisión, y que la mitad de las veces la gente que vemos en televisión  esta a su vez viendo la televisión, viendo a gente como él; es capaz también de actuar y hablar de tal forma que engatusa a su padre, que me recuerda al Sr. Graf, padre de Hans el pequeño fóbico, uno de los casos más importantes de Freud.

Kevin tampoco entra en el amplio ámbito de las neurosis porque como pudimos ver en la escena del comedor, carece del elemento principal de estas, la angustia detonada por la culpa asociada al deseo incestuoso inconsciente del sujeto, que lo pone en juego con la castración simbólica representada por el padre. Así que podemos excluirlo de la obsesión, la histeria y la fobia; lo que nos deja con el estadio intermedio, la estructura transicional, la perversión.

La perversión en Freud estaba asociada a los invertidos (homosexuales), a los practicantes de filias en cualquiera de sus expresiones, al sadismo que es una manifestación de agresividad y al masoquismo que se relaciona con el placer obtenido al ser humillado. Para él esta estructura estaba fundamentada en la re-negación, con esto se refería a que el sujeto de manera inconsciente negaba la ley del padre,  la que  prohíbe el incesto, que es en sí también una negación. De esta forma el sujeto perverso positiviza su deseo, transgrediendo las leyes explícitas e implícitas de la sociedad y la cultura. Para Lacan, la posición del perverso está en la negación de la falta de Falo (el Falo con mayúscula está inscrito en registro simbólico, diferente al real fenomenológico y al imaginario nouménico) en la madre y a partir de esto adopta la posición de Falo, convirtiéndose el mismo en goce. Es a la madre según Lacan a la que hay que castrar del niño para que este no se vea devorado por ella, y la conducta transgresora del sujeto perverso es una respuesta que tiene para poder demandar la intervención de alguien que imponga una ley que el padre simbólico no pudo interponer y así no ser devorado por la madre.

Vemos que Kevin presenta características sádicas y transgresoras de convenciones sociales, y vemos también a un padre que no solo está ausente, si no que es prácticamente incapaz de establecerle límites al pequeño, por lo que no cumple su función como figura  para establecer la ley.

Kevin al final es incapaz de articular porque asesino a sus compañeros, a su padre y a su hermana, una característica de este tipo de estructura, lo inconsciente sigue velado para él y el alivio le fue negado a Eva.

Bibliografía:

Pichot, P. Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales Cuarta Edición (DSM-IV)

Lacan, J. (1999). El Seminario 5, Las formaciones del Inconsciente. (1a ed. 5a reimp.). Argentina: Paidós.

Roudinesco, E. (2005). Diccionario de Psicoanálisis. (1a ed.) Argentina: Paidós.