Caso Hans o Juanito.
Este caso aparece en las obras de Freud con el pseudónimo “Hans” para salvaguardar la identidad del sujeto, en español se le asigno el de “Juanito”, y es hasta 1972 que se descubrió quién era el verdadero sujeto de este caso, pues en ese año se publicaron las “Memorias de un hombre invisible”, una serie de cuatro entrevistas que se le realizaron a Herbert Graf, sobre el análisis que se le realizó llevado por su padre Max Graf.
Este es otro de los grande psicoanálisis de Freud, y tiene características particulares pues se realizó por primera vez con un niño, y Freud participó únicamente como supervisor. El caso lo llevo realmente el padre de Herbert, que había quedado impresionado con Freud a partir de la cura que logró con su esposa. Esta última le informo de cómo se había llevado el proceso, y él llevó uno similar con su hijo y después le informo a Freud por correspondencia.
Los primeros comentarios que manda Max tienen que ver con el interés que demuestra Herbert por el “hace pipí” el cual le atribuye a animales, pero no a cosas, y pregunta si su madre tiene uno, pero le sorprende que ella siendo un adulto no tenga uno tan desarrollado como el del caballo. Ella más adelante lo descubre cuando está tocándose el pene y lo amenaza diciéndole que si no cesa en sus prácticas le haría cortar el “hace pipí”. Freud hace la observación que este hecho no le produjo culpa, pero lo introdujo en el complejo de castración.
Después hay un evento en la vida de Herbert que se vuelve relevante, a los tres años y medio nace su hermana, lo que genera diferentes procesos. Primero lo hace dudar del mito de la cigüeña pues pudo ver al médico y las palanganas llenas de sangre en su casa el día del parto, y un día que vió como bañaban a su hermana dijo que su “hace pipí” todavía ere pequeño pero que un futuro crecería.
A los cuatro años Herbert tiene un sueño que es interpretado como deseo de exhibirse ante niñitas, y unos días después es diagnosticada la enfermedad de este, y fue gracias a las transcripciones de Max que Freud pudo interpretar y dirigir la cura.
A partir de ese sueño desarrollo periodos de ansiedad, acompañados de un acercamiento con su madre, acercamientos que aumentaron en las ausencias del padre que servían para que la madre lo llevara con ella su habitación las noches que Herbert sentía ansiedad. Él después tiene un sueño que Freud interpreta como de castigo por estos acercamientos, y Herbert desarrolla un miedo particular a que un caballo lo mordiera. Esto lo relata una tarde que no quiso salir a dar un paseo, y esa misma noche tuvo miedo de que el caballo entrara a su dormitorio y le mordiera el “hace pipí”. Estos eventos sucedieron aparejados con tocamientos que Herbert realizaba, aunque su madre se los hubiera prohibido.
Para Freud, esto era el inicio de la angustia y de la fobia. La angustia se desarrollo a partir de los acercamientos tiernos de la madre que fueron investidos de forma libidinal, y esta angustia lo obligó a desarrollar un objeto sustituto que sería depositario de la fobia. Freud le aconsejó a Max que le dijera a Herbert que el miedo a los caballos era una tontería (con este término se refirieron ellos dos a la fobia por el resto del proceso) y que el niño fuera instruido en educación sexual para que pudiera aceptar y comprender la falta del “hace pipí” en Anna (su hermanita), su madre y todas las mujeres.
Continuará: