Se estima que una tercera parte de la población mundial es afectada por Toxoplasma gondii, un parásito que vive en intestinos felinos. No produce síntomas fuertes en la mayoría de la gente, pero puede ser mortal para aquellos con una severa deficiencia inmunológica.
Científicos han descubierto una manera de hacer que las acciones de este parásito sean para bien al reprogramarlo para aliarse con el sistema inmunológico para atacar a las células de cáncer.
Las células cancerígenas pueden alterar la respuesta inmunológica para conservarse. Ante la presencia del T. gondii, esas respuestas son restauradas y el cuerpo creará células T citotóxicas junto con células asesinas naturales para combatir la infección y todas estas células son responsables para combatir el cáncer también. Pero se necesitaba una forma de alterar T. gondii para poderlo inyectarlo en pacientes sin mayor riesgo.
T. gondii ataca a las células en la superficie, pero sepas no virulentas son ingeridas por fagocitos. En lugar de ser digeridos, invadirán la célula por dentro y luego continuarán a dividirse y propagarse una vez habiendo escapado la célula. Esto presenta una oportunidad para modificar el parásito para combatir mejor el cáncer.
Un gen importante para que se replique el parásito fue removido, creando una versión segura que puede desatar la respuesta inmunológica deseada sin correr mayor riesgo. A esto lo denominaron CPS.
CPS fue inyectado en ratones que tenían formas letales de cáncer de ovario y melanoma y los resultados fueron de grandes tasas de supervivencia. A futuro, CPS podría ser un tratamiento potente o una vacuna para pacientes con cáncer que incluso hasta podría ser personalizado. Se tomarían muestras del paciente y se mezclarán con CPS in vitro para crear la respuesta inmunológica deseada.
CPS estimula inmunoterapia sorprendentemente eficaz contra el cáncer, mejor que cualquier otra cosa que haya visto antes. La habilidad de comunicarse de manera diferente y única del CPS con el cáncer y células especiales para el sistema inmunológico rompe con el control que tiene el cáncer en nuestro sistema inmunológico.
Aunque las pruebas han sido más que favorables en ratones, las pruebas humanas aún no están listas para comenzar.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.