Para aquellas que quieran mejorar la apariencia de sus pechos, pero no están lo suficientemente seguras de hacerse un trasplante de silicón, aquí hay una buena noticia: el cirujano estadounidense Norman M. Rowe inventó una inyección que aumenta el busto durante 24 horas.
Compuesto de una solución salina similar a la del suero fisiológico, el líquido se inyecta directamente en la zona de los senos, y debe ser absorbido por el cuerpo en menos de un día.
Polémico, el método ha generado diversas opiniones: hay quienes, como el Dr. Rowe, creen que el procedimiento no es invasivo, siendo una técnica perfecta para las mujeres que les gustaría ver cómo lucirían en caso de realizarse un implante; otros expertos lo han condenado y aseguran que el método puede dañar la salud de la mujer o dificultar la lectura de futuras mamografías.