Ejecutivos y obreros tienen algo en común en términos laborales: todos pueden sufrir de estrés.
Y hoy podrán ser diagnosticados mucho más rápido a través de un sistema que mide los niveles de estrés con una prueba de saliva.
Este lector, que cuesta unos US$2.450, está fabricado por la empresa alemana de artículos médicos Qiagen.
Es una máquina portátil que mide los niveles de la principal hormona del estrés, cortisol, así como de otras hormonas como la testosterona y la inmunoglobulina.
“Nos puede dar una lectura precisa en cuestión de minutos en lugar de horas en un laboratorio”, asegura Joe Dunbar, director de operaciones de IPRO Interactive, un proveedor de pruebas de diagnóstico para las industrias militar y del deporte, y los servicios corporativos.
Un diagnóstico rápido y directo de un problema que está teniendo consecuencias globales.
En Reino Unido, por ejemplo, los trabajadores tuvieron un promedio de 5,3 días de baja laboral por estrés, ansiedad y depresión, según una encuesta sobre ausencia laboral en 2012 de la Confederación de la Industria Británica, que representa a 250.000 empleadores de los sectores público y privado.
Las licencias médicas por estas causas están costando millones anualmente. Así que hay un fuerte incentivo financiero para las empresas mantengan su “capital humano” tan saludable y feliz como sea posible.
Seguimiento de los niveles de estrés
Hector Sants, exjefe de la Autoridad de Servicios Financieros de Reino Unido, tuvo que retirarse de su cargo en el banco Barclays por causa del estrés y del agotamiento.
Y el político y excandidato de la derecha chilena a la presidencia, Pablo Longueira, abandonó la carrera presidencial a la mitad debido a un episodio de depresión y estrés.
En el mundo del deporte, el bateador de cricket inglés Jonathan Trott debió dejar una gira en Australia debido a dificultades relacionadas con este mismo problema.
Estos son sólo algunos ejemplos de alto perfil de un problema mucho más amplio.
Los altos niveles de estrés pueden golpear al sistema inmunológico y nos hace más susceptibles a contraer enfermedades y a patologías coronarias, dicen los estudios.
“Una vez que sabemos cuál es el nivel de estrés de un empleado, podemos tomar medidas inmediatas”, asegura Dunbar. “Desde fomentar más ejercicio hasta cambiar los patrones de trabajo”.
Algunos clubes de fútbol de la Liga Premier de Inglaterra, como el Manchester United y el Manchester City, son grandes usuarios de esta tecnología, cuenta, la que los ayuda a diseñar entrenamientos a medida para sus jugadores mejor pagados.
La táctica del “empujoncito”
Pero el monitoreo personal con equipos de alta tecnología sigue siendo caro, a pesar del hecho de que los equipos de diagnóstico son cada vez más baratos.
Las empresas con grandes plantillas de trabajadores están recurriendo a “dar un empujoncito” a medidas que fomenten la vida más saludable en lugar de forzarlas.
StepJockey, por ejemplo, acaba de lanzar las “etiquetas inteligentes” para escaleras en lugares de trabajo, lo que permite a los usuarios revisar la cantidad de calorías que se queman cuando utilizan las escaleras e incorporar esos datos en una aplicación para celulares.
“El gran salto en el cuidado de la salud en el lugar de trabajo se situará en torno al uso de la electrónica y los teléfonos inteligentes. Estas son cosas mucho más baratas que dispositivos especiales y más familiares para el usuario”, comenta John Harries, director del área de Salud y Ciencias de la Vida de la compañía Samsung en Europa.
Teléfonos y relojes inteligentes, pulseras con sensores para medir la frecuencia cardíaca, la presión arterial y las calorías quemadas a través del ejercicio son algunos ejemplos. Todos ellos ligados a software que puedan rastrear el rendimiento y proporcionar asesoramiento y aliento.
“La próxima versión de nuestro teléfono Samsung Galaxy tendrá más sensores de salud integrados”, cuenta Harries.
Sin embargo, las principales barreras para una mayor adopción de estas tecnologías en los lugares de trabajo son éticas, no tecnológicas, argumenta, porque todavía hay un estigma asociado a la salud mental.
“El peligro es que si usted tiene dificultades en el trabajo y está luchando contra la ansiedad, puede sentirse bajo presión al tratar de manejar su propia condición, y preocuparse de que su empleador lo use como una excusa para deshacerse de usted”.
Esta es la razón por la construcción de confianza entre el empleador y el empleado es clave, dice.
Y esa es una verdad irrefutable, tanto para los altos ejecutivos como para los obreros.