A pesar del bajo presupuesto que se destina a ciencia y tecnología, así como el reducido número de desarrolladores de robótica en el país, estudiantes mexicanos, en particular de la UNAM, han desempeñado un papel relevante en competencias nacionales e internacionales en este rubro.
Alumnos de la Facultad de Ingeniería (FI) de esta casa de estudios, cuentan con un área destinada a la investigación y desarrollo de prototipos y actividades; se trata del Club de Robótica de esa entidad (CROFI), cuyo objetivo es incentivar y motivar la participación de jóvenes universitarios, incluidos los bachilleres.
Rubén Anaya García, académico de la FI, indicó que la instancia cuenta, además, con el Laboratorio de Microcomputadoras, otro espacio dedicado a la robótica educativa, donde los estudiantes disponen de los equipos para desplegar su talento.
Tanto en el CROFI como en el Laboratorio, se cuenta con herramientas especializadas para trabajar en prototipos y simulaciones.
El Club se instituyó hace más de 15 años, “para brindar una visión más tangible a los conocimientos adquiridos en la carrera y lograr una cultura en la materia”.
Esta inquietud surgió en 1997, a iniciativa de un grupo de ingenieros en computación que se percataron de la falta de proyectos que acercaran a los alumnos a ese mundo. Desde entonces, sus integrantes se han dedicado a impulsar la creación de autómatas, orientados primordialmente a concursos nacionales y a alentar el interés por la ciencia y la tecnología.
“El propósito es que los jóvenes ocupen el tiempo disponible de sus materias curriculares a este plan, de tal manera que podamos formar equipos representativos de la FI y de la UNAM en torneos nacionales e internacionales”, comentó Anaya García.
A esos espacios universitarios acuden ingenieros en computación, mecatrónicos, electrónicos o geólogos, además de diseñadores gráficos, filósofos, arquitectos, incluso alumnos de Preparatoria y CCH, interesados en la creación de prototipos.
Países como Japón tienen una enorme ventaja en este ámbito, pero “tratamos de adaptarnos a las nuevas tendencias. En la facultad se imparte más conocimiento relacionado con la programación, con el empleo de plataformas; sin embargo, nuestra intención es lograr nuestras invenciones a partir de cero”, dijo.
Cada semestre, el CROFI y el Laboratorio atienden a unos 300 estudiantes. Además, se imparten cursos intersemestrales para prepararlos en cuestiones básicas de electrónica, diseño de circuitos impresos, robótica básica y avanzada, microcontroladores, programaciones de lenguaje de alto nivel, entre otros.
Esas actividades están abiertas a internos y externos, y tienen un costo de recuperación. “El propósito es difundir lo que conocemos en esta área para fomentar la práctica y enseñanza de las aplicaciones”, acotó Anaya García.
“Con el uso de microcontroladores básicos hacemos inducción a la robótica por medio de ejercicios sencillos, para que los alumnos comprendan cómo diseñar un prototipo que cumpla una tarea específica, como seguir una línea lo más fiel posible y concluir el recorrido en el menor tiempo posible”, ejemplificó.
Con robots seguidores de línea y de laberinto, integrantes de la FI han participado en competencias internacionales como Robogames y Chibótica, con buenos resultados.
Con este proyecto, también se pretende despertar vocaciones entre estudiantes de bachillerato y secundaria, mediante la manufactura de prototipos básicos, diseñados con motores de juguetes que ya no sean funcionales. “Les ponemos ojos para que puedan ver, o sensores de tacto para esquivar objetos. Hemos tenido buena aceptación”, indicó.
A partir de esas simulaciones, se deriva el conocimiento y experiencia para que puedan diseñar autómatas más avanzados, como los creados por los universitarios que participaron en la RoboCup 2013 y en el Certamen Latinoamericano de Robótica, concluyó.
En el laboratorio se preparó a las alumnas Mitzi Gretta Cruz Jaimes, Verónica Aleydis Anaya Román y Lisette Castro Gómez, parte del grupo de universitarios que compitieron en laRoboCup 2013, dentro de la categoría CoSpace Rescue.
Mileno