Nacida en 1890, Hendrikje van Andel-Schipper murió a la edad de 115 años en el 2005 y donó su cuerpo para estudios médicos. Poco antes de morir seguía en relativa buena salud y con todas sus facultades. ¿Cómo es posible esto?

Intrigados por sus secretos de longevidad, científicos analizaron su sangre y otros tejidos y encontraron unas cosas interesantes. Descubrieron que dos terceras partes de sus glóbulos blancos se habían hecho con sólo dos células madre. Normalmente son más de mil las células madre que se encargan de la producción de glóbulos blancos. Este descubrimiento implica que las células madre se mueren a lo largo del tiempo y que la vida humana sí tiene limite. Pero también significa que puede ser posible guardar nuestras células madre desde nuestro nacimiento o nuestros años de juventud y reinsertarlos años después para prolongar la vida.

Los científicos encontraron varias mutaciones en los glóbulos blancos de van Andel-Schipper, pero ninguno era dañino, lo cual podría significar que tenía un sistema avanzado para reparar y abortar células con mutaciones peligrosas, aunque no queda claro cómo esto pudo haber sucedido.

Los investigadores ahora esperan descubrir cómo la mujer evitó el Alzheimers comparando su genoma con aquella de personas que lo padecían.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.