Los gobiernos deben tomar medidas para proteger a los niños de trabajos peligrosos en la pesca artesanal y la acuicultura a pequeña escala, plantearon la FAO y la OIT en un informe hecho público hoy.
Casi todos los países han firmado convenios internacionales para proteger a los niños, pero muchos no han trasladado estos acuerdos a su legislación nacional, denunció un documento de orientación publicado conjuntamente por los dos organismos de las Naciones Unidas.
Como resultado muchos menores en la pesca artesanal y la acuicultura de pequeña escala siguen expuestos a condiciones de trabajo duras y peligrosas, indicaron la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Condiciones tales como sumergirse a profundidades peligrosas -a menudo por la noche-, trabajar muchas horas en plantas de procesamiento insalubres arriesgándose a contraer infecciones o manipular productos químicos tóxicos y equipos o aparejos de pesca peligrosos.
Además advirtió que las niñas que trabajan en plantas de procesamiento de pescado corren también el riesgo de sufrir abusos sexuales.
“El trabajo de este tipo es intolerable”, subrayó Arni M. Mathiesen, subdirector general de la FAO al frente del departamento de Pesca y Acuicultura. “Afecta a la salud y a la capacidad de aprendizaje de los niños, y con frecuencia les impide asistir a la escuela”, añadió.
“Todo trabajo que perjudique el desarrollo físico, psicológico, mental, social y educativo de los niños es inaceptable y viola los convenios internacionales”, dijo a su vez Constance Thomas, directora del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT.
“Tenemos que garantizar que se aplican los acuerdos destinados a proteger a los niños del trabajo infantil”, insistió.
La FAO y la OIT calculan que alrededor de 130 millones de niños trabajan en la agricultura, la ganadería y la pesca, lo que representa el 60 por ciento del trabajo infantil en el mundo.
Según el reporte, no hay cifras agregadas que reflejen cuántos niños trabajan en la pesca y la acuicultura, pero los estudios sugieren que el trabajo infantil representa un problema especialmente en las pequeñas y medianas empresas pesqueras y acuícolas, y en las de ámbito familiar.
“Los niños están sometidos a mayores riesgos para su salud y seguridad que los adultos debido a que sus cuerpos no están completamente desarrollados”, explicó Rob Vos, director de Género, Equidad y Empleo Rural de la FAO.
El informe hizo hincapié en que no todas las actividades pesqueras en las que participan los niños son indeseables.
Algunas pueden incluso ser positivas para su desarrollo. Pueden adquirir habilidades prácticas y sociales a medida que aprenden a pescar, a procesar pescado y venderlo en el mercado.
La FAO y la OIT urgieron a cumplir las normas internacionales de protección de los niños que trabajan en la industria, entre ellas los convenios sobre la edad mínima para trabajar, sobre las peores formas de trabajo infantil y sobre el trabajo en la pesca.
Además la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño y el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO.
Roma, 27 Jun (Notimex).