El 35% de las mujeres a nivel global han sufrido violencia por parte de sus parejas o por otros hombres, con los que no comparten su vida.
La violencia contra las mujeres es un “problema de salud global” que alcanza ya “proporciones epidémicas”, según concluye el primer informe mundial realizado por laOrganización Mundial de la Salud (OMS).
Por primera vez, la agencia sanitaria de Naciones Unidas ha realizado un estudio global sobre esta “plaga” machista que afecta a un tercio de todas las féminas en el mundo.
En él se estudia la prevalencia de la violencia contra las mujeres, tanto la ejercida por sus parejas como por hombres con los que no comparten su vida.
“Nos encontramos ante una situación alarmante donde el 35 por ciento de las mujeres a nivel global han sufrido de una u otra de estas dos formas de violencia”, explicó en una entrevista con la doctora Claudia García Moreno, directora del departamento de Salud Sexual y Género de la OMS.
“Y dentro de esa violencia la más común es la violencia (ejercida) por la pareja donde el 30 por ciento de las mujeres, una de cada tres, han sufrido (ese tipo de) experiencias”, agregó.
“Entendemos que es más común porque hasta ahora es un tema que se ha manejado como algo de ámbito privado, donde para muchas mujeres es un tema de mucha estigma y de mucha vergüenza”, explicó García.
El estudio comenzó en 2010, y sólo se obtuvieron datos de 81 países, que no están citados en el documento.
“No se puede hablar de un incremento o una disminución de casos de violencia porque es la primera vez que se reportan estos datos a nivel global y muy pocos países tienen datos que permitan determinar la tendencia”, especificó García.
El informe revela que, globalmente, el 38 por ciento de todas las mujeres asesinadas lo fueron a manos de sus parejas, y el 42 por ciento que padecieron violencia física o sexual de su pareja sufrieron graves consecuencias médicas posteriores.
También muestra que las mujeres violentadas tienen dos veces más posibilidades de experimentar depresión o alcoholismo que el resto.
Las mujeres violadas sufren una vez y media más posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, la clamidiasis, la gonorrea o el VIH-Sida.
Asimismo, en las mujeres víctimas de violencia sexual hay el doble de posibilidades de quedarse embarazadas sin desearlo que en el resto, y sus bebés tienen un 16 por ciento más de posibilidades de nacer con bajo peso.
Por regiones, la prevalencia de maltrato de mujeres se sitúa en un 45,6 % en África; un 40,2 % en el Sudeste Asiático; un 36,4 % en el Mediterráneo Oriental (aunque no hay datos sobre violencia que no fue ejercida por la pareja); un 36,1 % en las Américas; un 32,7 % en los países de altos ingresos; un 27,9 % en el Pacífico Occidental; y un 27,2 % en Europa del Este.
A juicio de la doctora García “la violencia (machista) es el resultado de muchos factores, tanto individuales como la propia experiencia en la infancia de violencia, como a nivel social, las leyes, las normas sociales sobre la violencia, la posesión de la mujer”.
Y que incluyen también “el acceso de las mujeres a la educación secundaria o las oportunidades económicas o de empleo”.
Otro de los problemas es que el miedo a ser estigmatizada provoca que muchas mujeres no denuncien o ni tan siquiera comenten con el personal sanitario que son víctimas de maltrato.
A pesar de los obstáculos, el 7,2 por ciento de las mujeres en el mundo denunciaron haber sido víctimas de violencia machista y acoso sexual por hombres que no son sus parejas.
Estas féminas padecieron 2,3 veces más alcoholismo que el resto, y sufrieron 2,6 veces más casos de depresión o ansiedad.
El informe destaca la necesidad de que todos los sectores de la sociedad se comprometan a “eliminar la tolerancia ante la violencia contra las mujeres”, y a ayudar a aquéllas que la han padecido.
Para ello, la OMS editó unas directrices destinadas “al personal (sanitario) que atiende a las mujeres a saber cuándo y cómo preguntar y cómo responder ante una mujer maltratada. Es una forma de sensibilizar y darles herramientas, cómo cuales son las intervenciones clínicas tras una violación”, explicó García.
“También es una forma de sensibilizar a los políticos de la importancia de integrar estos temas, tener protocolos, establecer redes”.
Noticieros Televisa, 20 Junio 2013.