Xander es un perrito pug muy singular que, por causa de un accidente, quedó completamente ciego, incluso un veterinario tuvo que retirarle ambos ojos.

Muchos pensarían que un animalito así estaría condenado a una vida con muchas limitaciones y no faltaría el que crea que lo mejor hubiera sido sacrificarlo. Sin embargo, estos obstáculos de la vida no han impedido que Xander salga adelante.

El destino lo cruzó con Rodney Beedy, quien lo encontró en el refugio animal en el que se encontraba, lo adoptó y se lo llevó a su casa, en donde ya tenía otros siete pugs.

Ahí, su nuevo dueño descubrió que Xander tenía un carácter cariñoso y tranquilo, además de una gran personalidad, que lo hacía ideal para ser usado como perro de terapia.

“Xander los conforta y juega con ellos antes de que se inicien las investigaciones de sus casos o de que los vea un doctor”, expresó Beedy.

 

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Fuente: Globovision