El Papa Francisco bendijo hoy al pueblo brasileño, en la primera jornada de su visita a Río de Janeiro para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, y agradeció a Dios “por regresar a mi amada América Latina”.
En su primer discurso tras su arribo este lunes a Río, que brindó desde la sede del gobierno del estado de Río, en compañía de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, el pontífice destacó los “lazos de amistad que siempre han unido a nuestros pueblos”.
“Agradezco a Dios por regresar a mi amada América Latina”, dijo Francisco, quien en abril pasado se convirtió en el primer Papa latinoamericano.
Aprovechó además para agradecer al pueblo brasileño por el “cálido recibimiento” que le brindó a su llegada a Río de Janeiro, donde miles de personas se volcaron a las calles para saludarlo a su paso, a bordo de un sencillo vehículo.
“Para tener acceso al pueblo brasileño, es necesario entrar por el portal de su corazón: permítanme que pueda tocar delicadamente esa puerta”, sentenció el argentino Jorge Bergoglio.
En una nueva demostración de sencillez y humildad, rasgos que han caracterizado su gestión al frente de la Iglesia católica, el pontífice dijo que “no tengo oro ni plata, pero traigo lo más precioso que me han dado: Jesucristo”.
“Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en cada corazón”, dijo Francisco, a la vez que aprovechó enviar “una palabra de afecto para nuestros hermanos del episcopado” brasileño.
El Papa agradeció a la presidenta “por su generosa acogida y por sus palabras, que expresaran la alegría de los brasileños por mi presencia” en el país, que concentra la mayor población católica de Sudamérica.
Explicó que en su visita a Brasil, que se extenderá hasta el próximo domingo, “no quiero sino continuar con la misión pastoral de confirmar a mis hermanos en la fe de Cristo y animarlos a que sean testigos de la razón de su esperanza”.
“El motivo principal de mi presencia en Brasil trasciende las fronteras, vine para la Jornada Mundial de la Juventud, para encontrarme con los jóvenes de todo el mundo, que llegaron atraídos por los brazos abiertos del Cristo Redentor”, enfatizó.
Advirtió, asimismo, que “esta semana cada uno de nosotros debe dejarse interpelar” y aseguró que “la juventud es la ventana por la cual el futuro entra al mundo, y por esto nos impone grandes desafíos a nuestras generaciones”.
Destacó que abrirle espacio a la juventud “significa tutelar sus condiciones materiales para su pleno desarrollo, ofrecer fundamentos sólidos sobre los cuales van a construir la vida, garantizar la seguridad de la educación, transmitir valores duraderos”.
“Con estas actitudes recibimos al futuro, que entra por la ventana de los jóvenes. Pido necesaria empatía para establecer un diálogo de amigos, los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña”, finalizó.
Santiago, 22 Jul (Notimex)