Muchos son los beneficios de realizar actividad física o ejercicio, pero más son los pretextos que utilizamos para no hacerlo. Aquí te enlistamos algunos de los mejores puntos para que te convenzas de que hacer ejercicio traerá beneficios a corto y largo plazo para ti:
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Elimina el estrés y la ansiedad. La práctica regular de ejercicio ayuda a que te sientas más tranquilo y te permite afrontar tus problemas de una manera más relajada. Uno de los motivos es que al realizar ejercicio se liberan endorfinas, sustancias que nos producen sensación de placer y ayudan a controlar el estrés. Además, te darás cuenta de que al estar concentrado en la actividad física, dejarás a un lado las preocupaciones del día para prestar atención sólo a los movimientos de tu cuerpo. En caso de ansiedad, los mejores resultados los puedes obtener al realizar ejercicio aeróbico.
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Acelera tu metabolismo. El ejercicio no sólo ayuda a quemar calorías, también te ayuda a formar músculos y acelera el metabolismo, provocando un mejor aprovechamiento y desecho de los alimentos que consumes; así como un uso efectivo de la energía producida por tu cuerpo. Este estado en el que el metabolismo se incrementa, sucede mientras hacemos ejercicio y se mantiene aproximadamente una hora después de que terminamos de hacerlo, dependiendo de la intensidad y el tiempo que le dediquemos. Después, el metabolismo regresa al nivel habitual hasta que aumenta nuestra actividad física nuevamente. Por este motivo te recomendamos realizar ejercicio de forma regular.
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Mejora tu vida sexual. Hacer ejercicio te hace más consciente de tu cuerpo y, al mejorar tu estado físico y tu autoestima, te ayuda a sentirte más cómodo con él. El ejercicio te llena de energía, fuerza y flexibilidad y sobre todo, te permite una mayor resistencia. Mejora la circulación en los órganos de tu cuerpo incluidos los sexuales, logrando un mejor desempeño como al aumentar el tiempo de erección. Además, ayuda a producir endorfinas que estimulan la sensación de placer.
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Mejora los ciclos y calidad del sueño. Realizar ejercicio regularmente te ayuda a dormir más pronto y profundamente además de tener mayor recuperación durante la noche, de esta manera al despertar, te encontrarás más fresco y activo. El secreto está en el tipo de ejercicio que realices y la hora del día en que lo hagas. Evita realizar ejercicio justo antes de ir a la cama o en las tres horas previas a dormir. Hazlo por la mañana y aprovecha para exponerte un poco a la luz del día, lo que también te ayudará a dormir mejor. Si realizas ejercicio intenso por la tarde-noche, de 5 a 6 horas antes de ir a dormir, permites que tu temperatura corporal se eleve primero y empiece a caer justo cuando estás listo para dormir. Este cambio en la temperatura te ayuda a conciliar mejor el sueño.
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Aumenta tu capacidad mental. Cada parte de nuestro cuerpo está conectada y en comunicación con uno de nuestros hemisferios cerebrales, al usar el lado derecho de nuestro cuerpo estimulamos el hemisferio cerebral izquierdo, donde está la conciencia y la razón y se encarga de actividades como comer, caminar y hablar).Al usar el lado izquierdo del cuerpo se activa el hemisferio cerebral derecho encargado de la imaginación y la memoria. Al ejercitar tu cuerpo y mantenerte activo ejercitas también tu cerebro, aumentas su oxigenación y produces sustancias químicas que protegen tus neuronas.
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Mejora tu físico y mantiene tu peso. Ya seas hombre o mujer, un cuerpo ejercitado y sano siempre se nota y resulta atractivo. El ejercicio puede prevenir el incremento de peso; y en conjunto con una alimentación adecuada, ayuda a disminuir o mantener tu peso para evitar el sobrepeso y la obesidad. Mientras más intensa sea la actividad, quemarás más calorías, pero puedes empezar por realizar pequeños cambios como subir escaleras en vez de utilizar el elevador.
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Limpia tu cuerpo. El ejercicio ayuda al cuerpo a deshacerse de toxinas por medio del sudor y a estimular la función de órganos como el hígado y los riñones, que son los encargados de limpiar el organismo. También ayuda a mantener limpios los poros de la piel, evitando la aparición de granos o espinillas.
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Reduce la posibilidad de tener diabetes. Al realizar ejercicio, el cuerpo requiere mayor cantidad de energía para el trabajo muscular, por lo tanto, se queman grasas y permite aprovechar mejor la glucosa como energía. Además, aumenta la efectividad de la insulina que produce el cuerpo, Por lo que el riesgo de desarrollar diabetes disminuye. Para personas que ya viven con diabetes representa un pilar en el control de sus niveles de glucosa. Si se hace ejercicio intenso pero corto, como correr para tomar el autobús, el hígado libera el depósito que tiene de glucosa; con el ejercicio continuo y moderado, tus músculos consumen mayor cantidad de glucosa, lo cual ayuda a disminuir su nivel en la sangre. Cuando realizas ejercicio intenso hay un momento en que se eleva la glucvosa, así que lo mejor es revisar tus niveles y conocerte.
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Órganos y músculos más fuertes. Los músculos, el corazón, los pulmones y los intestinos se debilitan con los años, pero cuando nos ejercitamos se fortalecen y se retrasa el proceso de envejecimiento, sobre todo si te ayudas con una alimentación adecuada y durmiendo bien.
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Disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, hipertensión y cáncer. La actividad física mantiene tu circulación sanguínea en el mejor nivel y esto disminuye el riesgo de presentar enfermedades que involucran a tus vasos sanguíneos como hipertensión e infartos. Las mujeres que no se ejercitan pueden aumentar el riesgo de presentar tumores malignos del sistema reproductivo y cáncer de mama.
Fuente: HCHU