Nuestros datos personales navegan por Internet sin que seamos realmente conscientes de lo expuestos que estamos. Por suerte tenemos en nuestras manos la posibilidad de protegerlos y de mantenernos a salvo gracias a nuestra inteligencia. Y decimos inteligencia porque es tan fácil como gestionar de manera adecuada unas cuantas contraseñas para mantener alejados a los delincuentes cibernéticos.
La tecnología avanza a pasos agigantados y los usuarios cada día somos más vulnerables a unos virus que superan su complejidad año tras año. Vamos a intentar hacerles frente con unos sencillos trucos que convertirán a nuestras contraseñas en auténticos quebraderos de cabeza hasta para las máquinas más desarrolladas.
1. Debe tener al menos ocho caracteres, cuanto más larga sea más difícil de deducir será.
2. Evita utilizar nombres propios y huye de nombres de familiares, amigos o mascotas.
3. No emplees nombres de cosas que que sean sencillos o fáciles de adivinar.
4. No acudas a datos públicos como fechas de nacimiento, números de teléfono o fechas de aniversarios.
5. Combina letras y números.
6. Intenta incluir alguna letra mayúscula.
7. No utilices las secuencias “abcde”, “12345” o “00000”.
8. Si te dan la opción de utilizar símbolos, hazlo.
9. Debes tener más de una contraseña porque si utilizas la misma para todas tus cuentas estarás más expuesto a robos de identidad.
10. Un truco: memoriza varias palabras o números que te sean familiares y combínalas para crear tus contraseñas, así serán siempre distintas pero no las olvidarás.