Cuando éramos pequeños moríamos por ser adultos, pero ya con el pasar de los años, resulta que es mucho mejor ser un niño. Ya cuando crecemos, nos damos cuenta que ser adulto no es tan divertido como creemos cuando somos niños viviendo bajo las reglas de nuestros padres.

De grandes aún nos gustan las bromas y no tomarnos todo tan enserio.

Aquí hay unas fotos donde puedes ver cómo hay muchos adultos en el mundo que siguen en contacto con su niño interior para que veas que no todos tenemos que ser adultos todo el tiempo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.

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