Vivimos en una sociedad con una extraña relación con el alcohol. En nuestra juventud, uno espera que nos emborrachemos en las fiestas, partidos deportivos, etc. Pero cuando creces un poco más, por alguna razón ya está mal visto que bebas demasiado y te pongas muy borracho.
Primero te dicen que consumas y que te diviertas a todo lo que se puede, pero luego te dicen que madures y que dejes la bebida para los jóvenes. Quizá no sea tanto una cuestión de edad, sino más bien es algo de elegir los momentos oportunos.
Pues aquí hay unas personas que no importa su edad, parece que no supieron elegir el mejor momento para dejar de beber, cosa que terminó afectándoles en el trabajo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.