Es imposible retroceder en el tiempo y recuperar el aspecto físico de algunos años atrás. Sin embargo, con algunos simples cambios de hábitos en la vida cotidiana se pueden obtener notorias transformaciones que te rejuvenecerán desde el interior.
Ni cremas, ni bótox, ni tratamientos carísimos. La propuesta realizada por expertos al diario español El País, se basa en el cambio de hábitos que por simple que parezcan, pueden transformar tu vida profundamente si se asumen con el compromiso necesario.
1. Dormir
Una persona debe dormir entre 7 y 8 horas para mantenerse bien durante el día. De lo contrario, la falta de sueño acaba envejeciendo nuestro rostro.
Según un ensayo científico de Estée Lauder, la piel de las personas insomnes presenta menor capacidad para recuperarse de la exposición diaria al sol, en comparación con quienes sí duermen. Además de lo anterior, dormir poco disminuye la producción de estrógenos y progesterona, hormonas encargadas de activar los mecanismos naturales de reparación de la piel.
Para evitar estos estragos debemos intentar acostarnos antes y descansar siempre que nuestro horario laboral lo permita.
2. La dieta secreta
En general, las personas consumen más grasas que vitaminas. Lamentablemente, la falta de éstas últimas resta luminosidad a la piel y ayuda a aparentar más años. Para demostrar lo anterior, un estudio de la Universidad de Harvard publicado el año pasado en la revista British Medical Journal, controló la salud de 4.676 enfermeras durante 10 años y evaluó el impacto de sus dietas en los telómeros (extremos de los cromosomas que protegen los códigos genéticos).
El resultado: las profesionales que mantenían una dieta mediterránea tenían telómeros más largos y sanos; o sea, eran genéticamente más jóvenes que las demás.
Si bien ningún alimento rejuvenece, éstos pueden calmar el ritmo del envejecimiento. La dieta optada por las mujeres consistía esencialmente en consumir frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva y disminuir o eliminar totalmente los fritos, pan y carnes rojas. “Otro beneficio de consumir más alimentos verdes es que su fibra dificulta la adhesión de la placa a los dientes, por lo que los mantiene más blancos, otro detalle que nos hace parecer más jóvenes”, cuenta Rosario Mateo Vic, farmacéutica.
La experta también recomendó disminuir el consumo de sal. “Esta no es necesaria, porque la que contienen los alimentos de por sí ya es suficiente para que nuestro organismo funcione bien, y su abuso favorece la retención de líquidos y la formación de bolsas debajo de los ojos, lo que avejenta nuestro aspecto”.
3. Beber agua
Parece exagerado pero no lo es: hasta tres litros recomendó beber la periodista Sarah Smith en 2013, en conclusión de un experimento que llevó a cabo. La mujer estuvo un mes bebiendo dicha cantidad de agua y luego publicó una foto de sí misma en el sitio Dailymail comparando su rostro antes y después.
Según indicó en el artículo y la apreciación de las fotos, la periodista rejuveneció 10 años. Las ojeras se removieron, al igual que las bolsas y manchas en su rostro, además de que el cutis luciera mucho más luminoso y vivo que al principio de tratamiento.
4. No abuses del alcohol
La deshidratación cutánea producida por el consumo de alcohol, es la responsable que algunos capilares aparezcan en la piel y se aumente la producción de radicales libres (moléculas que produces oxidación), que aceleran el envejecimiento. Por otra parte, el daño tóxico que provoca en el hígado y vasos sanguíneos, se manifiesta en la piel poniéndola flácida y sin luminosidad. Todo ello conlleva que la persona bebedora presente aspecto de cansada y aparente muchos más años de los que realmente tiene.
5. Ejercicio moderado y diario
No es necesario ir al gimnasio tres veces a la semana y esforzarte hasta que el cuerpo no pueda más. Lo mejor es ser constante y hacer un poco de ejercicio moderado habitualmente. Investigadores de la Universidad McMAster en Canadá publicaron en 2014 un entudio en donde demostraron lo anterior.
Para ello, tomaron biopsias de la piel a un grupo de personas sedentarias mayores de 65 años que, debido a su edad, tenían la capa externa de la piel, gruesa, mientras que su dermis, la capa interna, estaba muy fina. Adelgazamiento de la piel que origina las arrugas.
Una vez tomadas las muestras, invitaron a los ejemplares a seguir un programa de entrenamiento dos veces a la semana. Pasado el tiempo de prueba, les tomaron biopsias nuevamente. El resultado: la piel mostraba signos de envejecimiento inverso; es decir, la capa externa se afinaba y la interna aumentaba su grosor, algo que disimulaba notablemente las arrugas y la flacidez no solo de la cara, sino también del resto del cuerpo.
6. Deja el cigarro
Fumar es un hábito pésimo para la salud total del cuerpo. El tabaco disminuye la circulación sanguínea en los tejidos: disminuye la elasticidad y luminosidad de la piel, debilita el cabello (lo reseca) y las uñas, además de teñir los dientes de amarillo. Tan grave son los daños que fumar hace a la apariencia física, que un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) asegura que por cada 10 años que una persona fuma, envejece dos y medio más en comparación a un no-fumador.
Incluso, el estudio indica que al dejar de fumar no sólo se gana salud, sino que además se prolonga la juventud.
7. Protegerse del sol
La exposición continua a los rayos solares destruye el colágeno y elastina de la piel, componentes claves de ésta. Es por lo anterior, que los expertos recomiendan utilizar bloqueador incluso cuando el día esté nublado y así proteger la piel.
8. Relaciones sexuales
Mínimo tres veces a la semana, recomendó en neuropsicólogo David Weeks, del Hospital Real de Edimburgo en Esocia, interponiéndose a la baja cifra entregada por el sitio de citas AshleyMadison, quienes indicaron que el 37% de las mujeres casadas sólo lo hacían una vez al mes.
Producto de sus investigaciones, el doctor ha descubierto que en cada encuentro sexual se libera la hormona del crecimiento, la que ayuda a tener una piel más elástica, aumentando la luminosidad cutánea. “Además, al practicar sexo ejercitamos el suelo pélvico, lo que nos ayuda a prevenir las pérdidas de orina al toser o al subir escaleras, que se hacen más frecuentes con el paso de los años”, agrega la farmacéutica Mateo Vic.
La actividad sexual puede equipararse a una práctica deportiva más, que favorece la conservación de la masa muscular que el ser humano va perdiendo con los años. Y también sube el ánimo y mejora la autoestima, por lo que ayuda a afrontar el paso del tiempo con un espíritu más joven.
9. Dejar a un lado el estrés
Es difícil no estresarse: desde la presión de entregar una tarea hasta cumplir con el trabajo, todas las situaciones generan al menos un poco de estrés. Al respecto, un informe de la Universidad de Harvard en 2012, aseguró que el estrés acelera el acortamiento de los telómeros, envejeciendo a la persona prematuramente.
Los expertos recomiendan seguir un estilo de vida saludable, en donde también se incluya tiempo para compartir con amigos, desarrollar las aficiones, escribir y hacer ejercicios de respiración.
10. Espalda erguida
Los años encorvan la columna, sin embargo, estar sentados o atentos al celular también. En su obra “Una breve guía para una larga vida (Simon & Schuster)”, el médico David Agus argumenta que caminar derechos, con los hombros ligeramente echados hacia atrás, ayuda a generar bienestar personal y optimismo.
11. Disminuir el uso de celulares y tablets
Según un estudio del doctor Christopher Rowland Payne, de la Clínica de Londres, el uso de estos artefactos tuerce el cuello creando arrugas en esa zona y la barbilla. Al respecto, el especialista que experimentó con personas entre 18 y 39 años que revisaban, en promedio, 150 veces el celular al día. Finalmente el experto aconsejó no abusar de los aparatos y utilizarlo a la altura de los ojos.
12. Reir
Un estudio realizado por el Instituto Max Planck de Berlín, en 2011, asegura que las personas risueñas parecen más jóvenes que las demás. En tanto, la risa disminuye el nivel de cortisol, que es la hormona del estrés. Lo afirman las psicólogas científicas Tara Kraft y Sarah Pressman, quienes en una investigación de 2012, descubrieron que la sonrisa, aunque sea forzada, ayuda a resistir el estrés tanto psicológico como físico.
Lo anterior explicaría la razón por la que a la vuelta de vacaciones todos se sienten rejuvenecidos. “La sonrisa hace la cara más simpática, más jovial, incluso aunque nos forme arrugas”, explica la doctora Elia Roó, directora de la Clínica Clider, de Madrid.
“Al reírnos se produce una contracción muscular alrededor de los ojos y las mejillas y a medida que pasan los años, esta contracción hace que la arruga también se marque en reposo” cuenta la experta.