Para que tus 20 estén llenos de buenos recuerdos nada más y arrepentimientos de cosas que hubieras hecho o no hubieras hecho, aquí te ayudamos con una pequeña lista de algunas cosas que probablemente no quieras hacer, pero a la larga nos lo vas a agradecer.

–Ten el valor de decir cuando las cosas no están funcionando.

–Ten el valor de comprometerte cuando las cosas sí están funcionando.

–Mírate en el espejo y pregúntate si dejaras de crecer mañana, ¿eres la persona que quieres ser el resto de tu vida?

–Decide lo que no importa para que puedas invertir tu tiempo en lo que sí.

–Piensa regularmente sobre cómo vivirías si no fuera por las redes sociales.

–Ten más de qué hablar que no trate de otras personas y tu juicio sobre ellos.

–Deja de preocuparte por cosas que no son importante como si estás gorda. Nadie te recordará cuando te mueras por tu figura.

–Pregunta más por otros que decir cosas de ti.

–Deja de intentar tener las mejores y más actualizadas opiniones en lugar de ser la persona más amable y empática que puedes ser.

–Date chance, uno de los más grandes arrepentimientos de la gente después de sus 20 es que no los disfrutaron más. Y no nos referimos a que viajes ni nada por el estilo, sino a que aprendas a respirar profundo, darte un trago de tu café por las mañanas y saber que lo que has hecho y lo que estás haciendo lo has hecho tan bien como puedes.

–Lee.

–Aprende a ser amable. Cuando aprendas a ser genuinamente bueno con la gente, esto te llevará más lejos en la vida que cualquier otra cosa.

–Vive de manera que la muerte no te quite nada. No te dejes nada de lo que pienses, lo que sientes, tu amor o tu creatividad para otro día. Esto te lleva a ser sólo una fracción de la persona que podrías ser.

–Los logros no cambian tu vida, los hábitos sí.

 

–Define tus valores más esenciales y procura que todo lo que pienses y hagas este alineado con esto. De esta manera puedes tener una vida honesta.

–No quemes puentes, aprende a salir re amistades, relaciones y trabajos con gracia.

–Busca la verdad.

–Reconoce la manera en la que te proyectas en la gente. Lo que amas  y odias en los demás es lo que no logras ver en ti mismo.

–Busca el propósito más que el placer. El placer no te cambia la vida, sólo hace que las incomodidades de la vida sean tolerables. El propósito hace que las incomodidades valgan la pena. No dejes que tu mayor virtud sea la comodidad.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.