Resulta que vas al zoológico y estás a punto de tomarte una foto, entonces preparas tu mejor sonrisa y ajustas el temporizador, 3, 2, 1… se cuela un animal en tu imagen.
Con frecuencia, los animales se sienten intrigados ante las cámaras, por lo que sucede que esos valientes seres arruinen o mejoren la foto. El resultado de esa curiosidad son divertidos photobombs como los que verás a continuación: