A todos nos sucede, llega un momento donde de repente se te antoja algo en particular, una hamburguesa, un licuado, papas fritas o chocolate, no importa, pero nada más puede saciar ese antojo.

¿Pero por qué nos pasa esto exactamente y qué significa?

A mucha gente le gusta creer que cuando algo se te antoja mucho que es la forma de tu cuerpo de decirte que le hace falta algún nutriente en particular. Esta teoría es descartada rápidamente por el hecho de que se nos suelen antojar cosas como helado y chocolate en lugar de espinacas, nueces y raíces. Además, un estudio descubrió que incluso gente con una dieta completa y balanceada siente antojos de repente.

En otras ocasiones, tu antojo por pizza podría ser vinculado más bien con tus necesidades emocionales, mientras buscas algún alimento que libera químicos en el cerebro que te hacen sentir bien en momentos de estrés.

Con esto dicho, aquí hay 3 antojos que en realidad son señal de algún problema con tu bienestar:

Agua (diabetes)

Una sed excesiva puede ser un síntoma de diabetes, pero no es una sed cualquiera y es acompañada por un exceso de orina. Si tienes diabetes, azúcar adicional se acumula en la sangre y tus riñones tienen que trabajar de más para filtrar y absorber el azúcar. Pero aveces no pueden ponerse al tanto, así que el dulce excesivo es redirigido hacia la orina, resultando en más visitas al baño, lo cual a cambio de deja con más ganas de tomar agua.

Sal (enfermedad de Addison)

No se nos antoja la sal porque nos hace falta, de hecho, la mayoría consumimos más que suficiente sal de por si. Si eres atleta que suda profusamente, es una cosa, pero para los demás, un antojo excesivo por sal podría ser indicativo de la enfermedad de Addison, que es cuando las glándulas suprarrenales no producen suficiente de sus hormonas importantes que incluyen el cortisol que ayuda a tu cuerpo a responder ante el estrés, y la aldosterona que mantiene tu presión sanguínea en equilibrio. Sin tratar, la enfermedad de Addison puede disminuir tu presión a un nivel peligroso. Así que acude con tu doctor si sientes un antojo excesivo por sal.

Hielo (deficiencia de hierro)

Ansiar comer algo sin ningún valor nutricioso, como el hielo, papel, barro, tierra, es un fenómeno conocido como pica. Aunque no se entiendan por completo por científicos, algunos estudios relacionan estos antojos con una deficiencia de hierro. Según un estudio, masticar de manera compulsiva el hielo incrementa en flujo de sangre en el cerebro, combatiendo el alentamiento acompañado por la deficiencia de hierro.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.