¿Viajas lejos? No dejes que el jet lag te haga perder tiempo. La razón por la cual te sientes tan cansado después de un largo vuelo es porque viajar fuera de tu huso horario altera tu rutina para dormir y despertar al cual está acostumbrado tu cuerpo.

Antes se creía que le toma alrededor de un día por huso horario que atravieses para que tu reloj biológico se adapte al nuevo horario. Así que digamos que viajas de Los Ángeles a Nueva York, te tomaría tres días para sentirte normal otra vez.

Pero según un nuevo estudio el ritmo circadiano de una persona en promedio dura un poco más de 24 horas. Esto es malo si estás viajando lejos hacia el este, es más fácil que tu cuerpo se ajuste si viajas al oeste, ya que estás prolongando el día en lugar de ir al otro lado y acortar tu día.

Ahora si cruzas el charco, se estima que te tomará alrededor de 8 días para recuperarte del vuelo si viajas hacia el oeste, digamos que vas de Los Ángeles a Bangkok. Pero la misma distancia hacia el otro lado te tomaría 13 días para superarlo, digamos si salieras de Los Ángeles hacia París.

Esto simplemente te arruinaría tu viaje, dejándote cansado todos los días. Pero toma estas tres medidas preventivas para impedir el jet lag incluso antes de que empiece.

Reajusta tus relojes

Dos o tres días antes de tu vuelo, cambia la hora en tus relojes y tu computadora por una horas adelante o atrás, dependiendo.

No tienes que aclimatarte completamente al nuevo reloj, pero la idea es ajustar de ciclo de sueño lo más cercano posible al huso horario hacia donde vas.

Cambia tu horario de ejercicio

Empieza a hacer ejercicio en una hora específica todos los días antes de tu viaje. Cuando llegues a tu destino, haz ejercicio a la misma hora de siempre. Por ejemplo, si vas al gimnasio a las 11:30 am en Nueva York, en París deberías de hacerlo a las 11:30 am también.

Ayuna antes de tu vuelo

Un ciclo de hambre reinicia tu reloj biológico. Tu ritmo circadiano se suspende durante el ayuno. El día de tu vuelo, levántate por la mañana, no desayunes y saltate la comida en el avión. Toma mucha agua ya que la deshidratación del vuelo contribuye a la fatiga. Empieza a comer una vez hayas aterrizado.

La razón por la que esto funciona es porque mientras estás despierto, tu reloj biológico funciona de manera normal, pero durante el ayuno desarrollas otro reloj que te permite adaptarte a la comida que suele estar disponible cuando duermes. En otras palabras, tu “reloj de alimento” te permite cambiar entre ciclos para encontrar comida y sobrevivir.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.