A todos nos han roto el corazón alguna vez en nuestras vidas, pero no deberíamos de considerar esto como una mala experiencia. Si hay un aprendizaje sabio que puedes recordar es que todo lo que nos pasa en la vida le podemos sacar provecho, incluso a los malos momentos.
Siempre recuerda que al menos esto es lo que dice de ti haber tenido el corazón roto:
Eres valiente
Ninguna relación promete felicidad, esto es un hecho. Sabes que esto es cierto porque nada en la vida es seguro, ¿pero cómo respondes a esta incertidumbre? ¿Cómo lidias con el miedo y la vulnerabilidad?
Empezar una nueva relación íntima es un acto de fe. Te estas dando un clavado a lo desconocido. Es muy posible que salgas herido, pero ahí sigues tu diciendo que si a todo, respirando profundo, temblando por dentro enviando un mensaje en tu celular y contestando cada que ves que esta persona te llama.
Es posible que te rechacen, es posible que hables de más y te hagas el ridículo o que no hables suficiente. También es posible que todo sea un desastre que se desenvuelve poco a poco. Pero también existe la posibilidad de que no te rechacen y te correspondan, ¿pero luego que? Más incertidumbre.
Después de todo las cosas llegaron a su fin, pero al menos sabes que eres capaz de volver a lanzarte al vacío de esa manera, tienes valor. Felicidades por eso.
Eres mejor ahora que antes
Una relación es una especie de entrenamiento para el alma. Te pone a prueba una y otra vez y te obliga a ver las cosas de ti que has ignorado, cosas con las cuales tienes que lidiar y hay que resolver. Las relaciones te ayudan con esto.
Esto puede causar problemas en las relaciones, porque revelan quién es cada quién ante el otro, incluso te revelan cosas de ti que no sabías. Pueden ser dolorosas estas revelaciones, pero ya que has pasado por esto, ya diste el primer paso hacia adelante. Ahora, quizá puedas explorar estas partes de tu ser por tu cuenta. De esta manera, las cosas serán diferentes para la próxima relación, no porque tu pareja es otra persona, sino porque tú lo eres con menos secretos y más claridad de quién eres.
Estas vivo
El mundo no se ha acabado, todavía puedes seguir adelante. Ahora todo depende de ti. Puedes trabajar en lo aprendido y terminar con comportamientos que te han hecho daño a ti y a otros Luego puedes seguir adelante y pedir perdón o perdonar.
O puedes tirarte al suelo y revolcarte en tu miseria. También se vale. Por un rato, al menos. Deja salir lo que tengas dentro y dejar pasar lo que tenga que pasar si es lo que necesitas. Atiende a tus emociones en lugar de huir de ellos.
Aprovecha los sentimientos para crear algo, como dice Rumi: “la herida es dónde entra la luz.” Muchas cosas increíbles han sido creados gracias al dolor. Convierte tu dolor en algo de luz y belleza, de eso se trata estar vivo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.