¿Pero estás poniendole atención a lo que no debes estar haciendo?
Los antibióticos pueden afectar otras partes de tu cuerpo aparte de la bacteria objetivo. No todos los antibióticos son los mismos, así que siempre pregunta qué deberías de evitar durante el tratamiento. Aquí son algunas de las cosas que más probable te digan:
No te confíes con los contraceptivos
A pesar de lo que habrás oído, la mayoría de los antibióticos no afectan los contraceptivos hormonales. Existen excepciones. El rifampin y el rifabutin pueden disminuir los niveles de la hormona de los contraceptivos que previenen la ovulación. Si estás tomando esta clase de antibiótico, procura usar condón si normalmente cuentas con las pastillas contraceptivas, al menos por una semana después de la última dosis.
No debes beber
Esto debería ser obvio aunque muchos insisten en que no pasa nada. Aunque el alcohol no reduce la eficacia de la mayoría de los antibióticos (hay excepciones, por eso siempre pregunta), puede reducir tu energía y retrasar lo velocidad en la que te recuperas de una enfermedad. Además de que los antibióticos y el alcohol pueden causar malestar estomacal, mareos y somnolencia, la combinación sólo duplicará la intensidad de los efectos secundarios.
No olvides los probióticos
Los antibióticos matan las bacterias que te dañan, pero también acaban con las bacterias que te ayudan en los intestinos. Esto puede afectar la flora intestinal y causar diarrea. Para evitar esto, toma probióticos mientras estás tomando el tratamiento.
No comas antes de leer la etiqueta
Algunos antibióticos deberán ser tomados junto con algo de comer para evitar malestar estomacal, mientras que otros necesitan ser tomados en ayunas para mejorar la absorción. Así que siempre revisa la etiqueta o consulta con tu doctor antes de empezar con el tratamiento.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.