Nuestras cabezas son pesadas, mientras que el resto de tu cuerpo es soportado por los músculos grandes de las piernas, el torso y los hombros, la cabeza está soportada por músculos mucho más pequeños en el cuello.
A pesar de que usas el cuello constantemente a lo largo del día, muchos no le prestamos mucha atención al menos de que nos duela, cosa que es bastante común.
El cuello, o los cérvicales, es la parte más alta de la columna. Consiste en siete vértebras y 26 músculos entre varias otras estructuras como vasos y nervios. Se mueve y estabiliza la cabeza y sirve como pasaje para que el resto del cuerpo se conecte al cerebro.
Nuestra postura al estar todo el día en nuestros celulares o computadoras hace que inclines la cabeza hacia adelante, lo cual contribuye a debilidad y dolor en el cuello.
Sin tratar, el dolor del cuello también puede contribuir a dolor de cabeza, en la mandíbula o hasta en el hombro o la espalda.
Desafortunadamente, los músculos del cuello suelen ser ignorados por la mayoría en el ejercicio, al menos de que seas algún deportista profesional. La mayoría de la gente ni sabe por dónde comenzar para fortalecer estos músculos, pero aquí te ayudamos con esto:
Fortalecer
Acuéstate sobre el piso boca arriba y luego mueve la barbilla hacia el pecho como para sacarte la papada. Deberías de sentir que se estira hasta la base de tu cráneo y los músculos enfrente del cuello deberían de estar activados.
Mantén este ejercici por 5 a 10 segundos y repita 8 a 10 veces por día.
Estirar
Estíra el cuello estando de pie o sentado, trata de poner tu oreja sobre tu hombro del mismo lado, aplicando una presión gentil con la otra mano.
Mantén este estiramiento por 30 segundos y repite del otro lado.
Liberar
Si sientes un nudo en el cuello o dolor en un lugar focalizado, intenta liberar la presión con un rodillo de espuma o un masaje.
Aplica presión directa sobre el área que duele por 10 segundos, luego libera para promover el flujo de sangre a la zona.
Postura
Mientras estés sentado o de pie, evita posiciones sostenidas con la cabeza inclinada hacia abajo o con la barbilla hacia afuera. Piensa en el primer ejercicio que mencionamos mientras estás sentado y estira tu cuello como si alguien estuviera jalando la parte de arriba de tu cabeza hacia el techo
Publicado por Othón Vélez O’Brien.