No hay nada peor que pasar la mitad de la noche con la cabeza en el escusado, pero vomitar es la forma que tu cuerpo se purga de bacterias dañinas.
¿Pero cómo saber si esa noche en el baño fue causada por una infección o algo que comiste?
Desafortunadamente, no lo puedes saber a base de tus síntomas, pero puedes darte una buena idea basada en qué es lo que has comido en los últimos días.
Aquí hay 4 señales de que te convertiste en víctima de algo malo que comiste:
1. Esa ensalada de papa que no te supo normal y estaba un poco tibia
Aunque sea rica, puede contener muchas enfermedades, lo mismo aplica para huevos a la diabla, pollo asado y cualquier cosa que entre en la categorías de perecedero.
Debes de tener cuidado con la temperatura de tu comida y mantener alimentos calientes caliente y alimentos fríos frío.
Una buena referencia es cualquier perecedero que saques del refrigerador por más de dos horas (una si hace mucho calor) se vuelve dudoso. Si aún sigues con la duda, olvida ese alimento, es mejor pasar un poco de hambre que enfermarse de la pansa.
2. Usaste el mismo plato para el pollo antes y después de cocinarlo
Aunque haya quedado perfecto tu pollo, cómo lo manejas después de cocer es importante también Una temperatura interna segura para el pollo se encuentra entre 165º y 145º para carnes rojas.
Pero si usas el mismo plato que cuando estabas preparando el pollo mientras estaba crudo, esta es de las mejores maneras de terminar ingiriendo E. coli.
También deberías de usar tablas para cortar distintas para no contaminar las verduras ni nada por el estilo. También es importante cómo guardas el alimento ya que los jugos llenos de bacterias de la carne cruda pueden terminar contaminando otros alimentos que se encuentren cerca.
3. Bebiste agua que no debiste
En muchos países en el mundo puedes enfermarte por contaminantes en el agua potable. Aunque el problema no es beber el agua. Si lavas tus verduras o lo que sea con agua que no está limpia para beberse, también puedes enfermarte igual que si la bebieras.
Cuando viajes es bueno llevar probióticos ya que alimentos en otras partes del mundo pueden irritar tu estómago, pero los probióticos reducen esto y ayudan a que lo superes más pronto.
4. Las sobras que calentaste aún quedaron un poco frías
Incluso alimentos que ya fueron cocinados, refrigerados adecuadamente y luego calentados nuevamente pueden enfermarte si no los vuelves a calentar correctamente. Es posible que el alimento haya contraído bacterias en el refrigerador. Así que para poder eliminar a cualquier bacteria, debes calentar bien tu alimento.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.