No nos enseñan en la escuela cómo ser buena pareja y si eres como la mayoría de la gente, tendrás que aprender cómo serlo aprendiendo de tus errores. Pero gran parte del problema es cómo nuestra cultura nos ha enseñado cómo deben ser las relaciones.

Toma el amor romántico que nos pintan en películas y libros, por ejemplo, en donde nos parece que es amor cuando avienta uno platos a la pared cuando algo malo pasa en la relación. También, tanto los hombres como mujeres han sido educados de cierto modo para objetivizar las relaciones. Así que por lo tanto, nuestra pareja para muchos es considerada un bien y no alguien con quien compartes tiempo de tu vida y se brindan apoyo emocional.

También hay muchos libros de auto ayuda, artículos de consejos en línea y otras cosas que simplemente no ayudan a fortalecer una relación.

Para la mayoría de nosotros, nuestros padres son quienes ponen el ejemplo a seguir sobre cómo debe ser una relación y esto no necesariamente es lo ideal tampoco.

Afortunadamente se ha llevado a cabo mucha investigación psicológica con respecto a lo que se requiere para tener una relación feliz y plena. Muchos de los principios que hay que seguir para mantener una buena relación de hecho no son considerados románticos por muchos, razón por la cual tenemos muchas ideas equivocadas de qué es un comportamiento sano en una relación.

Aquí hay unos de los comportamientos tóxicos que muchos creemos que son parte de una relación normal que deberías ir eliminando de tu cabeza:

Llevar cuentas

Esto es cuando una persona o las dos en la relación se empeñan en recordar cada falla que cometió el otro, sin importar cuánto tiempo ha pasado. Cuando ambos presentan este comportamiento, la relación se degenera en una pelea sobre quién ha cometido más errores a lo largo de la relación, por lo tanto, quién debe qué.

Esto se vuelve tóxico cuando cualquiera de los dos empiezan a cantar los errores pasados del otro para justificar tus errores recientes.

Para evitar esto, ambos tienen que hacer un esfuerzo por lidiar con sus problemas individualmente al menos de que realmente estén relacionados con otros. También es importante saber la diferencia entre un problema recurrente y uno que ya fue. Si tu pareja te hizo algo hace un año y todavía te molesta, realmente deberías de intentar dejarlo en el pasado si no lo trataste de solucionar en su momento. No se vale que uses eso como un arma ahora porque no quisiste resolver el problema en su momento oportuno.

Cualquier tipo de agresividad pasiva

En lugar de decir qué te molesta realmente, buscas pequeñas maneras agresivas pasivas para que tu pareja se de cuenta sin que tengas que decirlo. Y cuando tu pareja se enoja por las cosas que harás para molestarla, en este momento te sientes justificado para sacar tus quejas al aire.

Esto es tóxico porque demuestra que no te sientes con la comodidad de comunicarte abierta y claramente con tu pareja. Lo que debes hacer es decir lo que sientes y lo que quieres abiertamente sin miedo a sentirte juzgado por tu pareja. También dejen claro entre ustedes que ninguno es necesariamente responsable ni tiene la obligación, pero que les encantaría recibir su apoyo mutuo.

Usar la relación como rehen

Cuando uno de los dos tiene una simple crítica o queja sobre algo y procede a chantajear al otro al amenazar con terminar la relación por completo. Por ejemplo, uno de los dos siente que el otro ha sido frío, en lugar de decirlo abiertamente (“siento que a veces te portas de manera muy fría conmigo”) ponen un ultimátum (“no puedo seguir en una relación con alguien que siempre sea tan frío conmigo”).

Básicamente es chantaje emocional y crea muchísimo drama innecesario. Cada pequeño error en la relación se vuelve una crisis de compromiso. En una relación, ambos deberían de saber que emociones o pensamientos negativos pueden ser comunicados de manera sana y segura sin poner en riesgo la relación entera. De lo contrario, sólo terminarán reprimiendo sus pensamientos y sentimientos reales lo cual termina en un ambiente de desconfianza y manipulación.

No hay problema con enojarte con tu pareja o que haya algo que no te guste de ella. Esto es lo que es ser un ser humano. Pero entender que tienen un compromiso juntos y que te agrade todo de una persona son dos cosas diferentes. Una pareja que pueda comunicar sus sentimientos y quejas con el otro, sin prejuicios ni chantaje, podrán fortalecer la relación a la larga.

Echarle la culpa a tu pareja por tus emociones

Digamos que has tenido un mal día y tu pareja no está siendo totalmente empática contigo. Ya sea porque llevan todo el día haciendo llamadas por el trabajo o se distrajo cuando te dio un abrazo. O tú quieres estar en la casa y ver una película pero tu pareja tiene planes para salir y ver a sus amigos. Así que lo que haces es desquitarte con tu pareja por ser tan insensible contigo.

Tú día ha sido pésimo y no hizo nada al respecto para hacerte sentir mejor. Claro, nunca pediste apoyo, pero debería saber cómo te sientes en todo momento. Tenían que dejar todo para lidiar con tu mal humor.

Esto es tóxico porque es extremadamente egoísta y en excelente ejemplo de no establecer limitaciones personales. Cuando creas este precedente en la relación, desarrollarás tendencias codependientes. De repente ya no pueden hacer sus propios planes sin antes consultarlo contigo primero. Y lo más peligroso de estas tendencias en la relación es que empiezan a crear resentimientos.

Debes ser responsable por tus propias emociones y esperar que tu pareja haga lo mismo. Existe una diferencia sutil pero importante entre brindarle apoyo a tu pareja y tener una obligación con tu pareja. Cualquier sacrificio debería ser una decisión autónoma y no una expectativa.

“Celos amorosos”

Esto es cuando te enojas porque tu pareja habla, toca, llama, se mensajea con otra persona o estornuda cerca de ella y tratas de controlar este comportamiento. Esto suele resultar en comportamientos verdaderamente locos como hackear la cuenta de correo de tu pareja, investigar los mensajes en su celular mientras lo descuidan por un momento o que los sigas cuando salen o llegar a su casa sin avisar para “sorprenderla” en algún acto.

Realmente es sorprendente que aún haya mucha gente que considere esta clase de comportamiento como alguna demostración de afecto. Uno piensa que un poco de celos en una relación es mejor a que no haya, de lo contrario, indicaría que no le importas a tu pareja.

Esto es una locura. Es controlador y manipulador, crea drama y peleas innecesarias y deja claro que no hay confianza en la relación.

Debes confiar en tu pareja. Es normal sentir un poco de celos, pero expresarlos de manera tóxica y desarrollar comportamientos controladores como resultado no es el camino para una buena relación. De lo contrario vas a perder a tu pareja.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.