Los humanos han usado cristales por miles de años con la intención de sanar sus mentes, cuerpos y almas. En años recientes, estas prácticas antiguas han visto mucha más acción.
Si alguna vez te has preguntado sobre el poder de los cristales, aquí hay algunos que se dice que ayudan a promover el amor propio.
Granate: auto-estima
Está relacionado con la pasión y la inspiración. Como un cristal de amor propio, galvaniza quien lo tenga para aceptar sus fortalezas y aprovechar su intuición. Promueve la confianza, neutraliza sensaciones de duda y permitiendo que entres a tu poder.
Opal: imaginación
Las propiedades energéticas del opal son tan místicos y multifacéticos como su apariencia indica. Se conoce por elevar la intuición, la creatividad y la imaginación. Si te sientes estancada emocional o profesionalmente, el opal te puede ayudar a ver las cosas desde otra perspectiva para explorar y considerar tus posibilidades.
Cuarzo rosa: amor incondicional
Este es uno de los cristales más poderosos de amor propio. Promueve la paz sólo al mirarlo por su color, pero sus propiedades sanadoras van más allá de la apariencia. Su combinación de amor y sanación emocional lo hace ideal para reparar tu relación contigo misma. Te ayudará a aceptar tus fallas y emociones negativas y verlos sin juzgarlos.
Te enseña que el amor propio es cuando te amas entera y no sólo las partes de las cuales te enorgulleces.
Amatista: sabiduría
Se ha usado desde tiempo antiguos para promover un juicio sobrio y libertad de la adicción. Si sientes que has perdido tu brújula interior y andas sin control, la amatista te puede ayudar a ubicarte otra vez.
Al darte intuición, te recuerda que hasta en los tiempos de mayor incertidumbre, sabes lo que necesitas y cómo cuidarte.
Rubí: passión
Mucha gente asocia el rubí con amor romántico, pero sus efectos tienen un gran rango. Quien tenga este cristal sentirá vitalidad y poder que informa tu corazón y tu mente, promoviendo auto-cuidado, resolución y reaviva pasiones de todo tipo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.