Con varias escenificaciones y desfiles en diversas zonas del país, este domingo 5 de mayo se celebra el 151 aniversario de la Batalla de Puebla, festividad por la que los mexicano-estadunidenses y los migrantes mexicanos en la Unión Americana encuentran un sentido de arraigo.
Por la trascendencia que ha tenido más allá de la frontera mexicana, esta fecha se convirtió en memorable para México y Estados Unidos, nación que, de acuerdo con datos históricos, apoyó a la causa mexicana aquel día de 1862 en ese estado del centro del país.
Ésta es una de las causas por las que se cree que el festejo de este día es más importante en la Unión Americana que en México, pues en la nación del norte del continente se hace una conmemoración de gran magnitud.
Según el artículo “Las fiestas patrias y la preservación de la identidad cultural mexicana en California: una visión histórica”, de Lawrence Douglas Taylor Hansen, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), para los mexicano-estadunidenses que radican en California, recordar ese día significa encontrarse con sus raíces.
Explica, además, que es una manifestación para rendir homenaje a su herencia histórico-cultural, por ello es que al celebrar “echan la casa por la venta”.
Por la cercanía geográfica que existe con México, el estado sureño de California es uno de los que más apego tiene con las tradiciones nacionales, aunque no es la única entidad que festeja las gestas mexicanas.
En el caso de la Batalla de Puebla o el 5 de mayo, que es el nombre con el que los estadunidenses celebran ese día, se ha vuelto importante debido “al surgimiento del movimiento chicano a mediados de la década de 1960”, refiere Taylor Hansen.
En comparación, este sentido se lo da “la lucha de un pueblo contra una intervención militar desde afuera, los dirigentes chicanos podrían señalar las similitudes entre el imperialismo francés y la posición subordinada que ocupaban los méxico-estadunidenses dentro del país dominante en el mundo actual”, subrayó.
Aunque son diversas las versiones del por qué el 5 de mayo es celebrado en la Unión Americana, sobre todo en los estados del sur, algunos datos curiosos mencionan que es debido a que Ignacio Zaragoza fue oriundo de Texas.
En el marco histórico de la conmemoración de esta fecha, en el país vecino del norte se recuerda la ayuda que éste ofreció al gobierno liberal, encabezado por Benito Juárez, para librar la lucha que ostentaba contra el ejército francés.
En México, la Batalla de Puebla se celebra con desfiles o representaciones que aluden el día en el que las fuerzas que comandaba el general Ignacio Zaragoza derrotaron a los franceses en esa ciudad, que este año conmemora con el Festival Internacional 5 de mayo.
En el contexto histórico, la invasión se dio luego de que en 1861 Juárez declaró que no podría hacer los pagos de la deuda externa que tenía con la Triple Alianza, conformada por Inglaterra, España y Francia, por lo que prorrogaría por dos años ese compromiso.
Durante una reunión en Londres, las tres potencias encontraron en el aplazamiento el pretexto ideal para intervenir en México.
De acuerdo con el general Luis Garfias Magaña, en la publicación “La batalla del 5 de mayo de 1862”, cuando Benito Juárez se enteró de la decisión de las tres potencias, “solicitó a los estados de la Federación pusieran a disposición del Ejecutivo de la nación las unidades de sus respectivas Guardias Nacionales”.
El propósito de ello era el de “concurrir a la defensa de México, por lo que ordenó que se organizara el Cuerpo de Ejército de Oriente”.
No obstante que España e Inglaterra mostraron cierta mesura y se retiraron de territorio mexicano, la nación gala tenía sus propios planes, por lo que el 20 de abril desembarcaron en Veracruz las fuerzas castrenses francesas comandadas por el general de División Carlos Latrille, conde de Lorencez.
En este sentido, Garfias Magaña destaca que el comandante del Cuerpo del Ejército de Oriente, López Uraga, “quedó desmoralizado al ver las tropas y el armamento de los invasores, por lo que pidió su relevo; fue sustituido por el general Ignacio Zaragoza”.
Tal circunstancia fue motivo para que el conde de Lorencez detallara la superioridad al ministro de Guerra de Francia: “Tenemos sobre los mexicanos tal superioridad de raza, de organización, de disciplina, moralidad y elevación de sentimientos, que suplico a V.E. se sirva decir a S.M. el Emperador que desde ahora, al frente de sus 6000 soldados, soy dueño de México”.
Luego de ocupar algunas zonas del país, y librar diversas batallas como el combate en Acultzingo, se aproximaba el día en el que la ciudad de Puebla destacaría en la historia nacional.
Así, “el general Santiago Tapia, comandante de la plaza, convocó a los ciudadanos entre los 16 y 60 años de edad para formar milicias que guarnecieran los puntos fortificados”, destaca la obra “La batalla del 5 de mayo de 1862”, publicada por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana.
También el general Zaragoza ordenó a las diferentes brigadas que mantuvieran en observación a las tropas conservadoras, enemigas de los liberales y aliados de los franceses.
A su vez, los invasores se desplazaron por Palmar-Quecholac-Acatzingo-Amozoc. En esta última población establecieron su cuartel general en la víspera del 5 de mayo, donde se hizo una reunión militar para determinar los ejes de acción de la batalla.
Luis Garfias Magaña señala en la misma edición que las tropas mexicanas contaban con casi cinco mil hombres, para precisar, cuatro mil 802, a los que se sumaron “las tropas del Cuartel General, la artillería, las comandancias de la citada arma y de ingenieros, y la guerrilla Solís”.
De esta forma inició la batalla que contuvo el general Porfirio Díaz con los cuerpos de su brigada en la llanura del noreste de Puebla, quienes persiguieron por corto trayecto a los invasores.
En tanto, el general Ignacio Zaragoza refirió tras la huida del ejército galo: “derrotados como estaban, tenían más fuerza numérica que la mía”.
La batalla que sólo sirvió para contener a los franceses tuvo como saldo “en el campo mexicano: 83 muertos (cuatro oficiales) y 232 heridos (17 oficiales); mientras que en el francés: 117 muertos (17 oficiales) y 305 heridos o dispersos (20 oficiales)”, señala Garfias Magaña.
Así concluyó una de las etapas épicas de la historia mexicana, en la que se logró lo inesperado por las tropas nacionales, integradas también por indígenas que no contaban con armas como las que traían los franceses, que impusieron el Segundo Imperio en México, con Maximiliano de Habsburgo.
Con ese antecedente, la Batalla del 5 de mayo ha sido un tema que se ha tratado en los diversos ámbitos de la cultura como la literatura, el teatro y el cine.
Tal es la trascendencia de este día, que incluso el Banco de México emitió un billete con valor de 500 pesos en cuyo anverso aparece el busto del general Ignacio Zaragoza y en el fondo se vislumbra un pasaje de la Batalla de Puebla, y en el reverso se aprecia la catedral de esta ciudad capital.
México, 5 May. (Notimex)