La astrología puede ser una divertida e inofensiva forma de escapar de la realidad. O puede ser una seria fuera que te guiará en la vida. Algunos necesitamos un poco de parte de la luna, el sol y los planetas para sentirnos en paz. Pero aún tenemos nuestros problemas.
Aquí hay unas de las luchas diarias de aquellas que se toman demasiado enserio el horóscopo:
1. Sientes un apego anormal a los rasgos asociados con tu signo astral
Los géminis son impredecibles, los tauro son confiables y a los sagitarios les encanta viajar. Nada de esto se puede debatir. Estás emocionalmente apegada a los rasgos que te fueron asignados por tu zodiaco.
2. No puedes evitar estar consciente de que Mercurio está retrógrado
Si eres géminis o virgo, definitivamente estarás de acuerdo con esto porque ustedes son las que más son afectadas. Te creemos y mantenemos distancia de tu durante unos periodos en el calendario. Esto significa que le echarás la culpa a Mercurio por todo lo que hagas o te pase durante este tiempo y no te disculparás por algo tan fuera de tus manos.
3. La astronomía y la astrología no son lo mismo y no te importa
No importa lo que te digan, cuántas veces te traten de convencer que no es real la astrología, tú nunca dejarás de creer en tu horóscopo. Siempre basarás todas tus decisiones en tu carta astral.
4. Si su signo no es compatible con el tuyo, ya ni chance le darás
Conociste a tu hombre ideal, es chistoso, inteligente, guapo y en general es una increíble persona… hasta que le preguntas cuál es su signo. ¿Él es escorpio y tú leo? Olvidalo, fue bueno mientras duró, ahora te tienes que encontrar a otro hombre perfecto con quien no vayas a probablemente chocar.
5. No todos apoyan tus “creencias”
Debes estar segura de estar en un lugar seguro antes de empezar a hablar sobre tus premoniciones de las estrellas. No todos creen en la astrología ni en el horóscopo y mucha gente te hará la vida imposible si descubren que crees en esto. Pero no te molestas con esa gente porque te tocará un ascenso en el trabajo este mes de todos modos.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.