Poco se sabe sobre el reino animal cuando se duerme, y lo que se sabe es tema de debate.
El misterio del sueño sigue siendo una fuente de fascinación para los biólogos pero apenas unos 50 de los más o menos 60.000 vertebrados del planeta han sido estudiados.
Ahora, un grupo de expertos y un equipo de documentalistas se unieron para tratar de aprender un poco más sobre esas horas que los animales pasan en brazos de Morfeo.
Con los avances en la tecnología que permite observar la conducta y actividad mental, cada año se descubren nuevas cosas y teorías de antaño se derrumban.
He aquí algunos mitos tumbados.
Los perezosos no son los que más duermen
A pesar de su reputación, los perezosos no son los animales más fanáticos de la siesta en el reino animal.
Es cierto que se mueven con lentitud pero un estudio de perezosos en su hábitat natural mostró que dormían unas 9 a 10 horas al día.
Los koalas los superan con unas 14,5 horas pero ninguno se le acerca a los que, por ahora, tienen el récord de dormilones: los pequeños murciélagos cafés (Myotis longipes) que llegan a dormir durante 20 horas al día.
En el otro extremo, los animales que necesitan menos sueño parecen ser los gigantes que pastan. Las jirafas y los elefantes sólo pasan unas tres o cuatro horas dormidos en la noche.
No todos los felinos duermen el 90% del día
El rumor de que los leones se la pasan acostados por más de 20 de las 24 horas del día es, al parecer, una calumnia.
Los grandes felinos, como sus pequeños primos domésticos, duermen siestas cortas y esporádicas sin importar cuánta luz haya para poder aprovechar la oportunidad de comer bien a cualquier hora.
Las ballenas pueden soñar
Aunque los científicos no pueden medir directamente si los animales pueden soñar, sí pueden registrar si experimentan movimientos oculares rápidos (REM o MOR).
Esa es la fase del sueño más profundo, en la que los músculos se mueven menos y los humanos sueñan.
Esa falta de movimiento en los músculos es un problema para los mamíferos marinos pues tienen que retornar a la superficie del agua con regularidad para respirar.
Se sabe que las ballenas pueden dormir parcialmente con una mitad del cerebro y luego la otra, algo que se conoce como el sueño unihemisférico, para poder mantener los movimientos esenciales.
Pero para complicar el tema, evidencia reciente indica que las ballenas también pueden entrar en las profundidades del sueño REM, aunque sea por cortos períodos de tiempo.
Patrick Miller, de la Universidad de St Andrews, formó parte del equipo que filmó a un grupo de cachelotes (Physeter macrocephalus) descansando, con sus cabezas en o cerca de la superficie del mar.
Las ballenas se mantuvieron inusualmente quietas hasta que un bote accidentalmente las perturbó y para Miller esa fue una prueba de que estos mamíferos entran en esa fase de sueño profundo en la que es posible soñar.
El albatros no duerme cuando vuela
Los albatros errantes son famosos por volar distancias de miles de kilómetros sobre el mar abierto antes de retornar a la tierra.
Sus viajes duran tanto que se asumía que dormían mientras volaban.
Un estudio reciente reveló que los pájaros pueden mantenerse arriba sin esfuerzos mecánicos gracias a que las articulaciones de sus alas son únicas, lo que parecía respaldar la teoría de que podían dormir en el aire.
Sin embargo, este estilo especializado de volar no se presta para dormir, según Niels Rattenborg, del Instituto de ornitología Max Planck.
“Cuando se compara el volar alto en el cielo sin nada con qué chocarse, el vuelo dinámico cerca a las olas puede ser más cognitivamente desafiante, por lo que resulta en una mayor necesidad de sueño”, explica.
“Eso podría explicar por qué la mayoría de estudios de seguimiento han mostrado que los albatroses usualmente paran y flotan en el agua durante varias horas por la noche”.
Los estudios de biólogos sobre el sueño de los pájaros indica que más que tomar una siesta mientras vuelan, algunas especies han evolucionado de manera que pueden dejar de dormir del todo cuando tienen que completar un largo viaje.
“Nuestro reciente descubrimiento de que los playeritos pectorales (Calidris melanotos) pueden reducir considerablemente el tiempo que pasan durmiendo durante la estación de apareamiento en el verano ártico sin experimentar bajas en su desempeño refuerza la posibilidad de que al menos algunas aves marinas podrían haber evolucionado una habilidad similar para suspender el sueño durante largos viajes en el mar”.
No todos los tiburones son incansables
En vez de subir a la superficie como las ballenas, los tiburones respiran forzando agua oxigenada por las hendiduras de sus agallas.
Algunas especies, como los tiburones nodriza, pueden hacerlo chupando agua por sus bocas o aperturas especiales en sus cabezas conocidas como espiráculos.
Esos tiburones han sido observados quedándose quietos en el fondo del mar, lo que ha llevado a teorías de que podrían estar dormidos, pero otras especies tienen que nadar hacia adelante sin cesar para poder forzar al agua a entrar por sus agallas.
Este movimiento continuo quizás no suena muy reposado pero un estudio de los tiburones mielga, galludo o tollo de cacho (Squalus acanthias) encontró que la actividad al nadar era controlada por la médula espinal, no el cerebro.
El científico especializado en tiburones, R. Aidan Martin señaló que eso podría significar que los tiburones pueden estar inconscientes a pesar de que se están moviendo, y así su cerebro puede descansar.