Una rutina de sauna puede tener increíbles beneficios, tanto físicos como mentales, especialmente en días fríos donde añoras el calor.
Si no estás acostumbrada al sauna, tómalo lento y con calma al principio al incorporarlo a tu rutina. Empieza haciéndolo unas cuantas veces a la semana por tres meses, por unos 10 a 15 minutos a la vez.
Ya dependiendo de tu comodidad y cómo le vayas aguantando, puedes ir incrementando la duración de tus sesiones.
Ya cuando te sientas lista para el calor, aquí están algunos de los beneficios que recibirás.
Ayuda a conservar la masa muscular
No sólo despeja tu mente, pero también podría ayudarte a alcanzar tus metas de fitness más rápido. Según un estudio, la sauna puede ayudarte a conservar tu masa muscular al igual que protegerte contra la inflamación.
Mejora tu bienestar cardiaco
A lo largo del tiempo irá reduciendo tu ritmo cardiaco en reposo, mejorando la salud de tu corazón.
Junto con tu rutina de ejercicio, notarás un gran cambio en tu tiempo de resistencia y tu recuperación será más rápida.
Promueve la pérdida de peso de agua
No quemarás grasa en la sauna, pero si perderás algo de ese peso de agua, lo cual te hará ver más ligera. Sólo no vayas a dejar de hidratarte adecuadamente.
Mejora la fortaleza de la piel
La sauna es muy buena para tu piel, aunque depende de tu tipo de piel. El calor te ayudará a eliminar células muertas de piel con más facilidad y también mejorará tu circulación y producción de colágeno.
Limpia tus poros
Sudar ayuda a limpiar tus poros. Pero si tienes una condición como eczema o psoriasis, es importante que sepas que puede agravar tu condición.
Ten cuidado en saunas públicas ya que el ambiente húmedo puede crear bacterias y hongos. Sólo toma precauciones, no significa que no vayas.
Te ayuda a relajarte
Una sesión de sauna también es una buena forma de despabilar al final del día. Pero sin importar a qué hora del día te des tu sauna, procura siempre mantenerte bien hidratada y evita tomar alcohol antes de tu sesión.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.