Es incómodo y vergonzoso, pero todos tenemos gases. Pero si de repente te encuentras con más gases de lo normal, aquí hay algunas razones por las cuales de repente te volviste más apestoso:

Siempre bebes refresco

Si no quieres que salga de atrás, saldrá por tu boca. Así que si puedes eructar cuando bebes refresco, evitarás que esos gases busquen otra salida.

Comes demasiado dulce

Tu cuerpo no puede digerir azúcares artificiales, así que se quedan en tu sistema digestivo fermentándose. Azúcares naturales pueden causarte gases también, especialmente la fructosa, porque algunos carecen de la enzima requerida para descomponerlo.

Te encantan las ensaladas

Verduras como el kale, col, broccoli, etc, contienen un carbohidrato que los vuelve difíciles de digerir. Mientras pasan tiempo en tu intestino, producen gases. Unas tabletas de enzimas antes de comer pueden limitar este efecto.

Estás estresado

Tu tripa y tus emociones están interconectados por nervios y neurotransmisores. Por lo tanto, problemas en la cabeza se reflejarán en tu panza. Aprender cómo relajarte puede ayudar tanto tu salud mental como evitar que tengas tantos gases.

Te pasas con los lácteos

Intenta eliminar los lácteos de tu dieta por unos días. Si estás más cómodo y produces menos gases, quizá quieras reconsiderar tu relación con el queso.

Estás estreñido

Deberías de eliminar ciertos alimentos que contengan carbohidratos que son difícilmente absorbidos por tu sistema. Después de unas semanas comiendo así, reitroducelos poco a poco a tu dieta para identificar cuál es el responsable.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.