Si algún día, ya siendo adulto, intentas recordar lo que era ser un niño, te darás cuenta que es muy distinto recordar esos días a que si te juntaras con niños actualmente. La verdad es que aunque algún día hayas sido un niño, hay mucho que aún puedes aprender de los pequeños.

Estas son algunas de las cosas que aprenderás al ser adulto y juntarte con niños por un rato:

1. Usa la imaginación

Si te juntas con unos niños y uno dice “¡Soy Kylo Ren y te reto a una pelea!” te conviertes tú en Rey o Luke Skywalker y peleas con él. Te empezarás a imaginar que tu alrededor es el interior del Death Star y te darás cuenta de que lleva mucho tiempo dormido esa parte de tu cerebro.

2. Toma más riesgos

Haz algo divertido aunque puedas salir bien lastimado. La maravilla de un niño cuando se sube a un árbol y mira todo lo que puede ver a lo lejos alrededor suyo no se compara con casi ningún otro sentimiento de asombro que vivirás en tu mundo seguro y realista.

3. Canta fuerte y con orgullo aunque cantes horrible

 Cuando te dejas de preocupar por lo que piense la gente de ti o por que nunca tomaste clases de canto no significa que deberías de dejar de divertirte. Recuerda que de niño aún no te han destruido el autoestima diciendo que no cantas bien o que te falta aprender y aún así te puedes divertir.

4. Ignora las diferencias físicas

Lo mejor de los niños es que no suelen discriminar por las apariencias. Cuando eres niño sólo te preocupas de dos cosas cuando consideras si juntarte o no con una persona: si es una buena persona y si es divertida.

Además, te sorprendería cuando te quedas viendo a alguien y un niño te dice que no es educado mirar a la gente fijamente.

5. Se menos prejuicioso

Alguna vez que te pongas a hablar en la presencia de un niño sobre alguien que no esté presente, te sorprenderá oír al pequeño decirte que “no es bueno hablar de gente que no esté presente para defenderse.”

Los niños educados tienen una sabiduría que va más allá de la de un adulto.

6. Se agradable sin razón

Los niños de repente te regalarán algo y cuando les preguntes que por qué te dieron eso, muchas veces te dirán “no sé” o “nada más.” Todos deberíamos de seguir los valores de los niños inocentes.

7. Olvidate del futuro

Cuando eres joven, el futuro es mañana, no piensan más allá de con quién jugarán al rato. Si lo piensas, en realidad no tienes más garantías en la vida aparte del mañana, así que tiene mucho sentido.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.