Beber demasiado puede ser muy malo para tu salud, seguridad y tu bienestar en general. Puede resultar en enfermedades del hígado relacionados con el alcohol, enfermedades en el cerebro, cáncer y enfermedades del corazón. Además de que te puede causar problemas en el trabajo y con tus relaciones en casa.

Aquí hay algunas preguntas que deberías de hacerte si alguna vez has considerado o dudado de que tuvieras un problema con la bebida:

¿Tu vida social gira alrededor del alcohol?

Vas a ver a un amigo en un café pero decides cancelarle para ir a un bar, peor acompañado pero con mejores bebidas. La gente alcohólica suele perder interés en sus pasatiempos o la gente con quien solían pasar tiempos agradables. No piensas en la gente con la que estarás ni a qué vas con tal de que hayan bebidas para ti.

¿Cuánto bebes?

Considera la cantidad y la frecuencia con la que bebes. ¿Empezó en algún grado y gradualmente empezó a incrementar a otro? El alcoholismo es una enfermedad progresiva, así que si cada vez estás bebiendo más, esto puede indicar un problema.

Para tener una idea de cuánto es demasiado, más de tres copas por sentado y más de siete a la semana son demasiado. Pero sólo porque no excedes esta cantidad no significa que todo esté bien. Para una mujer, dos copas de vino en una noche podría ser nada, sólo unas bebidas sociales en la cena. Pero una mujer más pequeños podría tomar dos copas y olvidar partes de la noche.

Exactamente cuánto es mucho depende de cada persona.

¿Sueles beber más de lo planeado?

Juraste que no beberías más de dos copas en la cena de tus amigos porque tienes cosas que hacer al día siguiente, pero terminas tomando cinco. Piensa un poco en las veces que intentaste disminuir tu bebida y has fallado. Ahora hazte la pregunta y responde sinceramente: Si quisieras dejar de beber de plano hoy, ¿podrías?

¿Cuál es tu intención cuando bebes?

Mientras algunas personas beben porque les gusta el sabor, otros lo hacen porque no pueden pasar por una cita sin un poco de alcohol. Es diferente cuando bebes por el sabor y cuando lo haces para sentirte de cierto modo. Si necesitas alcohol para sobrevivir o para funcionar, o si sientes una necesidad física por beber, quizá sea bueno empezar a buscar ayuda.

¿Estás bien familiarizado con la culpa y el arrepentimiento?

¿Has estado cancelando tus planes, ignorando a tu amigos y llegando tarde al trabajo? Seguro no se siente bien y te causa cierto grado de culpa. Terminas teniendo sexo borracho o manejas bajo la influencia del alcohol o saliste temprano del trabajo por la cruda.

¿Tienes lagunas mentales?

Sólo toma unas cuantas bebidas para perjudicar tu memoria. También queda mencionar que las mujeres son más susceptibles a esto que los hombres.

Si tienes lagunas mentales, deberías de evaluar tu relación con el alcohol y no nos referimos necesariamente a olvidar la noche entera, basta con olvidar detalles.

¿Mientes sobre cuánto bebes?

Piensa en la cantidad de veces que subestimas cuánto bebiste la noche anterior (me tomé dos latas ayer, ¿entonces por qué hay cinco latas vacías en mi mesa?) También piensa en la cantidad de veces que le has dicho a otros que bebiste menos.

Es como una enfermedad de mentiras, manipulación y secretos. Tienes que proteger lo que te está protegiendo a ti, así que si sientes que el alcohol te está cuidando contra tus propias emociones y te ayuda a superar el día, por supuesto que le mentirás a los demás y harás trampa para conseguir lo que necesitas, incluso recurres al robo o la manipulación.

¿Alguien te ha expresado su preocupación?

Tu mamá, tu jefe o tu pareja, estas personas te conocen. No ignores su preocupación, especialmente si varias personas ya te han dicho que están preocupados por ti. Es difícil para ambos tener esta conversación, así que es difícil escuchar esta información.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.