Estas corriendo, disfrutando de la brisa en la cara mientras sudas y liberas el estrés del día. Luego de repente sientes un dolor intenso en tu abdomen inferior que no disminuye. Muchos conocen esto como dolor de caballo.
Este problema en realidad se llama “dolor abdominal transitorio relacionado con el ejercicio.” Todos lo conocemos, es algo bastante común.
Aunque los científicos llevan años explorando las causas de este dolor, aún no tienen una respuesta concreta para la pregunta de cómo y por qué se presenta exactamente.
Esto podría ser útil: muchos corredores respiran con un patrón simétrico, inhalando y exhalando con la misma caída del pie cada vez. Pero si alteras tu ritmo de respiración un poco, cambias el biomecanismo de cómo sientes la carga mientras corres, para que de esta manera, ese lado de tu cuerpo no se este siempre preparando por tu peso.
Cambia tu ritmo de respiración cuando corres. Inhala por dos pasos y exhala por tres, para que así tu proxima inhalación ocurra con tu otro pie. Esto debería de reducir la carga que siente un lado de tu cuerpo.
Si aún sientes el dolor, levanta tu brazo del lado que se encuentra el dolor y pon tu mano detrás de tu cabeza. Esto estira tu diafragma, el músculo que se expande y contrae con cada respiro que tomas, y ayuda a detener los espasmos que se convierten en dolor en tu abdomen.
También deberías intentar doblarte hacia adelante y picar el punto del dolor don las yemas de tus dedos y sacar el aire con los labios apretados. Esto aliviará tu diafragma sobrecargado. Repite una o dos veces hasta que desaparezca el dolor. También se sugiere que esperes dos horas antes de correr después de comer o beber. Menos sangre fluye hacia tu diafragma cuando tu cuerpo esta haciendo digestión, lo cual puede resultar es este horrible dolor de caballo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.