El escultor radicado e Brooklyn, Michael Murphy, es conocido por sus trabajos tridimensionales anamórficos que requieren que los veas desde cierta perspectiva para poder apreciarlos. En su más nueva instalación, Perceptual Shift, ilustra este concepto tanto literal como conceptualmente con 1,252 bolas de madera pintadas suspendidas del techo. Cuando se ve de lado, parecen unas bolas suspendidas en el techo nadamás. Pero si te paras en la posición correcta, revela una ilusión de un ojo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.