Una relación de amigos puede volverse complicada y hasta dolorosa, cuando una de las partes comienza a tener sentimientos que van más allá de la simple amistad, pero no se atreve a expresarlos.
“Aunque suene a ‘locura’, no deja de ser una excelente oportunidad revisar la relación de ‘Amigo/a’, para definirla como algo más. Hay quienes temen arruinar una amistad si intentan llevarla hacia el terreno sentimental. Pero, ¿qué tan honesta es una amistad que no tolera que una de las partes se ilusione con la otra?
Al respecto, compartimos contigo algunas de las principales cuestiones que suelen suscitarse cuando se confunden los límites. Y qué es lo que puede ocurrir con el vínculo original si se plantean nuevos sentimientos:
1. Puede ser sólo un deseo pasajero
Hay infinidad de casos en las que dos amigos se han ‘confundido’, han tenido sexo y aún así, siguen apostando a la amistad después de ese encuentro íntimo. En muchos casos se trata de un momento de deseo erótico puntual y, después de sincerarse acerca de lo que pasó en ese encuentro, ambos deciden priorizar la relación original.
Las relaciones humanas nunca son matemáticas; puede ocurrir que se vuelva al estadio anterior o bien que las personas se animen, por fin, a encarar otro tipo de vínculo que creían no podía ser para ellos.
2. Ya lo/a conoces bien
Los amigos de verdad, esos que nos conocen bien, con nuestras miserias y virtudes, se cuentan con los dedos de una mano.
Muchas veces sostenemos una amistad entrañable en el tiempo porque, por ejemplo, alguno de los dos está comprometido y eso funciona como un dique de contención. Cuando cambian las cosas puede que termine derivando en una relación sentimental. Lo bueno de las relaciones nacidas al calor de la amistad es que no hará falta una gran exploración de la historia y las características del otro porque ambos ya se conocen en profundidad, sin velos.
3. ¿Demasiada información?
Esto de saber todo acerca de la otra persona puede ser un arma de doble filo, si no se respeta la confianza de haber depositado secretos sensibles. Con un amigo uno no oculta información y así debería ser en la pareja.
Cuando se pasa de ser amigos a novios, esposos, etc., es importante consensuar cómo serán las cosas en esta nueva relación, que ha comenzado de manera tan particular. Es bueno establecer ‘contratos’: no vale echar en cara lo que se sabe del otro ni explotarlo en beneficio propio en una discusión, por ejemplo.