¿Sabías que tienes una huella de olor? Todos los olores que emanan de varias partes de tu cuerpo son únicos para cada individuo, conformado por compuestos selecto que varían dependiendo de la edad, dieta, sexo, metabolismo y tu salud.
Algunas enfermedades provocan olores muy característicos que emanan de diferentes partes del cuerpo de una persona enferma. Estos olores no provienen únicamente de la piel, sino también el aliento, la sangre y la orina y diferencias muy sutiles revelan qué tan saludable es uno.
Se ha descubierto que muchas enfermedades provocan un olor distintivo, incluyendo enfermedades como la tifoidea, que huele a pan horneado; la fiebre amarilla huele a una carnicería y la escrófula te hace oler a cerveza sin gas.
Un equipo de investigadores inyectaron a un grupo de voluntarios con lipopolisacárido, un componente que se sabe que activa el sistema inmunológico innato y las respuestas inflamatorias en humanos como si estuvieran combatiendo con una bacteria.
Una vez inyectados, ya sea con el componente o un placebo, los cuerpos de los voluntarios fueron hechos a creer que estaban enfermos o saludables. Los olores corporales fueron recolectados por la axila de las playeras usadas por los voluntarios, listos para ser analizados por unos jueces cuyas narices fueron entrenadas para la ocasión.
Las playeras fueron olidas por 40 jueces que describieron la intensidad y la cualidad del olor. Los olores de los cuerpos que comenzaron a comportarse como si no estuvieran saludables solían oler peor, demostrando que las enfermedades producen un olor.
En esta situación, los olores no distinguían entre enfermedades, sino que servían más como un aviso de que algo esta mal y el sistema inmunológico esta activo.
En estudios más recientes, los investigadores descubrieron que el asco causado por estos olores activa una ligera respuesta inmunológica para protegerlos de exponerse a esta enfermedad.
Ahora el equipo investiga el olor en el aliento, el cual es más difícil para conseguir muestras y para exponer a la gente a él.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.