Existe una costumbre muy reciente que consiste en calzar a los bebés aún cuando ni siquiera lo necesitan porque no caminan. Un estudio llamado “Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes” explica que esta costumbre puede afectar negativamente su desarrollo y que por ende, los niños descalzos desarrollan mejor su inteligencia.
En la opinión de este artículo, este hábito sólo debería ser necesario con el fin de abrigar los pies cuando el bebé sale al exterior.
Los pies son de gran importancia para el bebé ya que tienen una mayor sensibilididad que la de la mano hasta los ocho o nueve meses de vida. Por ello, tienen una función esencial durante los primeros meses: informar del mundo exterior al bebé ya que toca con ellos todo lo que tiene a su alcance, los toca con sus manos y los lleva a la boca donde las terminaciones nerviosas son mayores. Gradualmente después de los nueve meses, el pie del bebé pierde de forma gradual este tipo de sensibilidad.
Al tener una gran capacidad de recepción de sensibilidad, los pies contribuyen a un mejor desarrollo de la inteligencia del bebé porque la inteligencia se desarrolla gracias a:
- Las células nerviosas ubicadas en los pies ayudan a la maduración del sistema nervioso por medio de la capacidad de diferenciar más estímulos nerviosos.
- La manipulación y el manejo de los objetos ayudan a los bebés a descubrir cómo funcionan los objetos, gracias a esto, la inteligencia tendrá un mayor desarrollo. El desarrollo de la inteligencia no sería posible sin esa manipulación, pues la maduración del sistema nervioso se alimenta por la experiencia.
- La necesidad de aprender. Una mente en desarrollo busca nuevas conclusiones, cada vez que hay un estímulo exterior que no comprendemos. Este interés por aprender se sacia a través de la recepción de estímulos por medio de las manos, pies y boca.
Los pies son importantes para el desarrollo porque hasta los 3 meses de vida, los bebés se encuentran en una etapa de autoconocimiento. Empiezan a descubrir su cuerpo, el uso de zapatos le restan sensibilidad y movimiento.
A partir de los 7 meses, los bebés se llevan los pies a la boca como continuación de este proceso de autoconocimiento, al aportar nuevas sensaciones y experiencias motoras, su inteligencia continua desarrollándose.
Un bebé descalzo tiene mayor desarrollo muscular ya que el calzado para gatear impide recibir sensaciones e impide que sus músculos se muevan libremente. Por eso, cuando los niños tienen un mayor control de su cuerpo, se quitan los zapatos continuamente.
Estos zapatos para gateo no tienen justificación, además de perjudicar el desarrollo de las capacidades musculares y la inteligencia. Esta es una nueva razón para dejar que tu bebé ande descalzo por la casa cuando no haya frío y sin calcetines cuando esté en su cuna.
Vía: Universidad Complutense Madrid