En cualquier relación que alcance cierto tiempo se empiezan a olvidar ciertas discrepancias que suele tener uno frente a su pareja conforme la confianza va aumentando. Tras unos años, ya no hay nada que le ocultas a tu pareja, ni las cosas que prefieres mantener en privado entre tú y tú. Así sabes que ya dejó de haber vergüenza entre una pareja:
Dejan de cerrar la puerta del baño
De repente entras a la casa y ahí ves a tu pareja haciendo sus necesidades con la puerta abierta. Pero ya hace tiempo no te molesta eso, también lo haces tú.
Los gases y otras funciones corporales se vuelven parte de la relación
No todos llegan a este punto, pero en algún punto deciden de manera silenciosa los dos que no vale la pena sufrir tanto para estar frente al otro, así que ya casi se dicen “salud” cuando el otro produce un sonido de cualquier extremo de su sistema digestivo.
Verse recién despiertos en la mañana ya no es un momento horroroso
Al principio ambos se sentían expuestos al darse cuenta que este suele ser el momento en el que peor se ve uno. Pero si planean verse seguido así por las mañanas, será mejor ir haciéndose la idea de que esta es de las caras más honestas que le verás a tu pareja y hasta la extrañas el resto del día.
Dejan los modales a un lado a la hora de comer
De repente no hay tiempo ni energía para usar cubiertos o para molestarte en usar la servilleta hasta que acabes. Se siente bien poder comer como cerdo con tu pareja después de tanto tiempo haciendo el esfuerzo para comer como gente civilizada.
Pueden hablar de con qué gente famosa quisieran acostarse
A estas alturas y después de compartir semejantes intimidades como las ya mencionadas, no crees que algún famoso podría ver más allá de eso, así que comparten sus fantasías sin celos.
Cantan y bailan en el coche
Son cosas que normalmente haces cuando estás solo en el coche y con nadie alrededor, pero puedes compartir esta felicidad con tu pareja porque no te sentirás juzgado como esas personas que se reían de ti en el semáforo mientras bailabas con esa canción en el coche.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.