Tienes tu rutina para el cuidado de tu piel diario: te lavas, exfolias, humectas y repites. ¿Así que por qué de repente tu cara está toda roja e inflamada? Para arreglar esto, es recomendable dejar tus productos regulares por un rato para calmar la irritación con vaselina o algo que se le paresca. Si el problema no se soluciona, ve con el doctor.
En lo que vas descubriendo qué producto te está volviendo la piel tan sensible, aquí hay unas razones por las cuales tu piel puede estar irritándose mucho más:
1. Exageraste con el tallado
Exfoliar la piel puede darle una apariencia más suave y brilloso, pero muy poco va muy lejos. Mientras que la exfoliación ayuda a remover células de piel muerta de la superficie, pasarte con el tallado puede causar que se quiebre la capa exterior de la piel. Esto resulta en inflamación y sensibilidad. Procura exfoliarte usando suaves movimientos circulares en lugar de el clásico tallado para los lados. Usa humectante después para aliviar a la piel.
2. Te pusiste demasiado retinol
Se usa para combatir las arrugas, líneas y manchas, pero igual que exfoliar la piel, con poco logras mucho. Piensa en el retinol como entrenamiento para un maratón. Necesitas ir de poco en poco o no terminarás la carrera. Si lo usas con demasiada frecuencia, especialmente en las primeras dos a cuatro semanas del tratamiento, puede quemar, arder y causar sensibilidad. Empieza aplicando cada noche y progresa conforme lo vayas tolerando.
3. Usas demasiados productos
La piel es una situación donde más no es mejor. Si usas más de un producto que podría irritarte, puedes volver tu piel sensible. Productos comunes en esta situación incluyen los ácidos salicílico y glicólico. Antes de agregar otro producto a tu armamento, procura que tu piel esté aguantando tu rutina actual. Luego procede con precaución antes de empezar a usar cualquier otro producto.
4. Te saltaste el humectante después de bañarte
Las lociones y los humectantes pueden preventi la piel seca e irritada y el mejor momento para aplicarlos es saliendo de bañarte. El agua caliente puede quitarte tus aceites importantes de la piel, haciendo que se vuelva sensible al ambiente. Reemplaza cualquier hidratación perdida y repara la barrera de tu piel aplicando humectante con ceramides después de bañarte.
5. Estás usando el limpiador equivocado
Algunos jabones y limpiadores contienen un pH alcalino que puede ser muy irritante para la piel, le quita los aceites esenciales y altera la barrera protectora de la piel, dejándola seca e irritada. Checa las etiquetas de tus productos y evita cualquier cosa con ingredientes que pueden alterar la piel como fragancias y conservadores.