Pues estás de suerte, la miel pura–si la cierras adecuadamente–puede durar décadas, o incluso siglos, en estado perfectamente comestible.
Gente ha comido miel sacada de las tumbas en Egipto. La miel puede durar hasta una eternidad si es almacenado en un lugar fresco con un contenedor sellado.
La miel es increíblemente estable debido a una variedad de factores. Es un azúcar que contiene muy poca humedad y es muy ácido naturalmente. Así que básicamente, las bacterias o los microorganismos que podrían echarlo a perder no duran mucho tiempo vivos dentro de la miel.
Pero esto no aplica si almacenas la miel sin sellar, especialmente en un ambiente húmedo. Un mal olor normalmente te indicará que está rancio tu miel. Una cosa que vale la pena notar es que la miel cruda, que no ha sido calentada, filtrada o procesada de ningún modo se cristaliza con el tiempo, pero no significa que se haya echado a perder.
Cuando esto sucede, recomendamos que pongas la miel en agua tibia y la mezcles hasta que los cristales se disuelvan.
Y ahora lo sabes, con tal de que guardes correctamente tu miel, nunca se echará a perder.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.