Uno de los estudios más citados sobre la relación entre el queso y las pesadillas, que fue financiada y llevada a cabo en el 2005 descubrió que realmente no hay evidencia que respalde esta teoría.
Pero los investigadores sí sugirieron que el queso puede influir en tus sueños en general. El estudio hasta llegó tal lejos como para averiguar qué diferentes tipos de queso causaban qué clase de sueños. Si quieres soñar con celebridades, al parecer con queso cheddar.
Algunas advertencias del estudio, que realmente nunca fue publicado y además fue financiado por una empresa de queso, que quizá hubiera querido darle buen nombre a los lácteos.
Pero si se han publicado los resultados de otros estudios. Por ejemplo, uno del 2015 buscaba explorar esta relación. Cuando le preguntaron a 382 personas si creían que lo que comían influía en sus sueños. Descubrieron que 18% creían que esto era posible, provocando sueños raros y perturbadores.
De aquellos que decían que el alimento les puede causar sueños raros, 44% indicaron que los lácteos eran los culpables.
Otras personas que creían que su comida les estaba causando sueños raros también reportaron que los tenían con mayor frecuencia y dormían peor con mayor consumo de café.
Es posible que la percepción de tener pesadillas después de comer lácteos puede ser simplemente por un sueño alterado. Los investigadores llaman a esto la “hipótesis de la dificultad alimenticia” y dicen que puede ocurrir con alimentos que causan dificultades alimenticios.
El hecho de que el queso fue señalado como el principal culpable de alterar los sueños cabe con esta teoría, especialmente ya que los lácteos pueden causar síntomas como gas, hinchamiento y calambres en gente con sensibilidad o intolerancia a la lactosa. Y esto, por supuesto, puede afectar tu sueño, lo cual en cambio tiene un impacto en tus sueños.
Otra posibilidad es que no tenga que ver con qué comes, sino con cuánto. Comer mucho antes de dormir puede causar indigestión, resultando en sueño fragmentado. Alimentos con mucha grasa también toman más tiempo para digerir, lo cual altera el sueño también, ya que tu sistema digestivo estará trabajando duro para mover ese alimento a través de tu organismo.
Puede que recuerdes los sueños con más frecuencia porque tu alimento antes de dormir te despierta en medio de tu ciclo REM, cuando más estás soñando.
Aún así, las investigaciones actuales simplemente no tienen suficientes datos para que los nutriólogos puedan respaldar esta teoría.