Cuando empiezas a sentir que te viene una gripa, tu instinto puede que sea tomar tanta vitamina C como sea posible.
¿Pero crees que esto realmente sea una buena idea? La verdad es que depende. Todos necesitamos ciertas vitaminas para reparar y sanar nuestros cuerpos, y el zinc y la vitamina C han demostrado poder proteger al cuerpo, antes de que te enfermes o desde el inicio. Suplementos para la gripa pueden ayudar a disminuir los síntomas de una gripa.
Según un estudio del 2013 sobre la eficacia de vitamina C para gripa, es particularmente útil en aquellos que tiene una vida muy activa o con trabajos físicamente estrenuos, pero aún no se sabe con seguridad si le funcionaría al público general. Mientras tanto, también se han llevado a cabo estudios que vinculan el zinco con un recuperamiento más rápido de los síntomas de la gripa.
Más no siempre es mejor
Ahora aquí hay un pequeño problema: cuando se trata de vitaminas solubles en agua, como la vitamina B y C, el cuerpo sólo puede absorber cierta cantidad. Si tomas demasiado, básicamente estás desperdiciando tus vitaminas ya que eliminarás la mayoría en tu orina. Lo mismo aplica para el zinc ya que el cuerpo sólo puede almacenar una cantidad limitada. Por suerte, aparte de hacerte desperdiciar dinero, tomar demasiada vitamina C no puede hacerte daño.
Pero este no es el caso para varias otras vitaminas que puedes encontrar en suplementos para las defensas. Vitaminas solubles en grasa, como la A, D, E y K pueden causar problemas cuando son tomados en grandes dosis. Estas son absorbidas en el intestino delgado y luego almacenados en el hígado y tejidos grasos.
Es mucho más fácil llegar a niveles peligrosos con vitaminas solubles en grasa porque se acumulan con el tiempo. Por ejemplo: una sobredosis de vitamina A puede causar cambios en la visión, dolor en los huesos y hasta daño al hígado.