Se acumulan todos los días lentamente. Platos llenos se salsas y migajas, tazones con una capa fina de quién sabe qué, tenedores, cuchillos y cucharas todas llenas con pedazos de esto y aquello. Al final de un largo día de trabajo, cocinando, limpiando y, para muchos, negociando con los niños, una pareja suele enfrentarse con la gran pregunta: ¿a quién le toca lavar los platos?
La respuesta a esta pregunta tiene un impacto importante en el bienestar y la longevidad de una relación. En un estudio se examinó una variedad de quehaceres en la casa, incluyendo las compras, lavar la ropa y limpiar la casa, y descubrieron que para las mujeres en relaciones heterosexuales es más importante compartir la tarea de lavar los platos más que cualquier otra.
Las mujeres que lavan la gran mayoría de los platos reportan tener más conflictos, menos satisfacción y peor sexo en la relación que aquellas con parejas que ayudan con los platos.
¿Pero cuál es el problema con los platos? Pues, lavarlos puede ser asqueroso. Hay comida vieja y podrida en el lavabo. Si tienes hijos, hay leche rancia en sus vasos que huele asqueroso. Además, a diferencia de otras tareas en la casa, como cocinar o cuidar el jardín, lavar los platos no consigue halagos.
Las tareas menos populares en la casa también suelen ser las más asociadas con las mujeres. Tradicionalmente, las mujeres deben cargar con la responsabilidad de tareas que involucran limpiar y recoger las cosas de los demás, como lavar la ropa, limpiar el excusado, lavar los platos, etc.
A los hombres, por otro lado, se les asocia con podar el pasto, sacar la basura, limpiar el coche, etc. Tareas que no requieren ponerte en contacto con la suciedad de otros.
En las últimas décadas, los hombres han estado asumiendo una buena parte de estas tareas en casa. Actualmente llevan a cabo un promedio de cuatro horas de tareas por la casa cada semana, comparado con dos en 1965. Lavar los platos en realidad es una de las tareas que las parejas se toman turnos para hacer. Esto puede hacer que sea más molesto para las mujeres a las cuales les recae toda la responsabilidad encima.
Las parejas que comparten esta responsabilidad parecen tener mejores relaciones, esto es porque trabajan como equipo. Cuando las parejas llevan a cabo alguna porción de las tareas en casa, lo dividen en una de dos maneras. O se dividen las tareas (uno cocina, el otro lava los platos, o un día uno lava los platos y al día siguiente le toca al otro) o lo hacen juntos al mismo tiempo.
Más que otras tareas en casa, lavar los platos puede ser dividido en papeles distintos: tú lavas, yo seco. Tú enjuagas, yo acomodo. Lavar los platos puede ser una tarea que hagan al mismo tiempo para tener una razón para pasar tiempo juntos en la cocina y trabajar simultáneamente hasta que se termine la tarea. Esta clase de trabajo en equipo, especialmente cuando se lleva a cabo regularmente, con frecuencia hace que las parejas se sientan más conectadas.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.