El cine de terror abusa mucho de su recurso más básico: el susto del salto.

Esto es cuando crean un momento de tensión o suspenso, normalmente mostrando un lugar vacío, oscuro o algo que no se está moviendo, y de repente algo te hace «¡bu!» y te hace saltar del susto.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.