Probablemente una abuela sabia alguna vez te dijo que puedes curar un dolor de garganta haciendo gárgaras con agua con sal. ¿Pero realmente funciona esto?
Lo bueno es que el agua salada sí ayuda a aliviar el dolor de garganta. Lo malo es que no lo cura. La mayoría de dolores de garganta son virales, no bacterianos, así que solitos se curan entre tres a siete días.
Por lo general tu cuerpo tiene todo lo que necesita para curarse por su cuenta de un dolor de garganta. Pero toma tiempo, así que de mientras siempre pueden hacer gárgaras con agua salada para un alivio.
¿Hacer gárgaras con agua salada mata a las bacterias en tu garganta?
El agua salada es un hipertónico, lo cual significa que tiene una presión osmótica mayor que el fluido en tus células Así que cuando sumerges las células en tu garganta con agua salada, el líquido en tus células es atraído hacia la superficie, junto con cualquier virus o bacteria en tu garganta, por lo tanto podrás sacarlos al escupir el agua.
Mayor humedad también alivia el dolor en la garganta. También existe el potencial de que la sal podría matar algunas de las bacterias o virus que te están causando dolor en la garganta una vez esté suficientemente cerca a la superficie.
¿Cuánta sal deberías de usar cuando estás haciendo gárgaras con agua salada?
El contenido de la sal hace una gran diferencia. Piensa en tus lágrimas, tiene que ser más salado que eso. Normalmente se recomienda un cuarto de una cucharadita en media taza de agua tibia.
Y sí, el agua tiene que estar tibia para ayudar a disolver la sal, pero también porque ayuda con la circulación de la sangre en la garganta, ayudando al sistema inmunológico.
No importa qué tipo de sal uses, con tal de que se disuelva en el agua no hay problema.
¿Con qué frecuencia deberías de hacer gárgaras?
Después de tu primera gárgara, te sentirás mejor dentro de un día, pero tienes que mantener la rutina.
Dependiendo de cuánto te esté doliendo la garganta, deberías de hacer las gárgaras entre dos a cuatro veces al día. Procura tomar mucha agua para que la sal no te termine de deshidratar nada más.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.