Las alternativas para la harina pueden usarse como sustituto para la harina de trigo si tienes alergias o alguna intolerancia al gluten, trigo o lo que sea, pero también son buenas para darle variedad a lo que horneas.
Estas alternativas suelen ser molidas para parecerse a la textura y consistencia de la harina de trigo y varían en cuanto a nutrientes. Pero es bueno notar que las texturas en realidad no son idénticas, así que tendrás que calcularle para las cantidades que necesitarás en tus recetas.
Estas son algunas de las mejores alternativas de harina que puedes encontrar disponibles en el super:
Harina de arroz blanco
Esta harina se usa para hacer fideos de arroz y mochis, también es muy bueno para el pan de plátano. También puedes usarlo sustituyendo 1 taza de harina de trigo con 7/8 de harina de arroz para hacer panqués con más magnesio.
Harina de almendra
Esta harina le da un saborcito a nuez a lo que prepares con ella. Para hornear, sustituye dos tazas de harina de almendra por cada taza de harina de trigo que usarías. Es una excelente fuente de calcio y magnesio. Usa la variedad donde no le quitan las cáscaras a las almendras para empanizar cosas como pollo o pescado.
Harina de coco
Si eres fan de la dieta keto o paleo, esto es para ti. Esta harina tiene menor índice glucémico que la de trigo o integral. Porque es super absorbente, absorberá más agua si haces masa para pan y puede secarse si lo sustituyes con las mismas porciones que usarías de harina de trigo.
Harina de garbanzo
Lleno de proteína y fibra, esta harina libre de gluten puede ser parte de platillos salados gracias a su sabor terroso y sus raíces de frijol. Reemplaza la harina de trigo con esto cuando estés preparando albondigas o hamburguesas veganas, toda esa proteína es un excelente aglutinante.
Harina de avena
Esta harina es buenísima para tus desayunos. Además de ser libre de gluten, alto en hierro, proteína y manganesio, también está lleno de fibra soluble, por lo tanto ayuda a disminuir el colesterol más que otros alimentos.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.