La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo batuta de su director artístico Carlos Miguel Prieto, inició ayer su Temporada Anual de Concierto 2013 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes con obras del francés Camile Saint-Saëns (1835-1921) y el alemán Carl Orff (1895-1982).

En el marco de las principales festividades musicales del 2013, cumpleaños 85 de la OSN (fundada en 1928 por Carlos Chávez), centenario del natalicio de Benjamin Britten (1913-1976) y de Witold Lutoslawski (1913-1994); y cumpleaños bicentenario de Giuseppi Verdi (1813-1901) y de Richard Wagner (1813-1883), tuvo primicia esta Temporada: «Concierto para piano y orquesta No. 5», de Camile Saint-Saëns, y Oratorio «Carmina Burana», de Carl Orff.

Caravana de participantes en una gala primera que llenó la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes: Di Wu, pianista; Leticia Altamirano, soprano; Hugh Russel, barítono ; José Guadalupe Reyes, tenor; Coro del Teatro de Bellas Artes y Schola Cantorum de Mexico: más de 200 instrumentistas y cantores en el proscenio.

Primer tiempo: «Concierto para piano y orquesta No. 5» en Fa Mayor Op. 103, «Egipcio» (Allegro animato, Andante, Molto Allegro), del autor de la famosa ópera «Sansón y Dalila» (1877), el «Mendelssohn francés»: Camile Saint-Saëns.

Concierto de exigencia técnica que la pianista china, radicada en Estados Unido, Di Wu abordó con discernimiento en un Allegro inicial que transitó por un insinuante vals/marcha desde cadencias marcadas por las cuerdas (sutiles pizzicatos), flautas, clarinetes y fagotes.

Piano que presenta el motivo en diálogo con las cuerdas: hondos acordes y atmósfera de armoniosa elegancia orquestal. Andante en frondas melódicas/rítmicas apegadas al espíritu del Norte Africano que para muchos musicólogos hacen referencia a Egipto. Wu ejecutó esta parte con arresto cuidadoso.

Molto allegro de vivaz proporción instrumental (presta, resuelta, diligente) que la OSN supo configurar custodiando a una solista crecida y categórica en digitación de clústeres y discurso incitante y atractivo. Ovación total, sala de pie: la pianista se vio obligada a cuatro salidas al escenario.

Encore: derroche técnico de incuestionable faena concertina, de la ganadora del Concurso Vendome de Lisboa (2007), en la ejecución de un fragmento que sonó a las «Variaciones sobre un tema de Paganini», que Johannes Brahms concibió entre 1862 y 1863 durante su estancia en Viena.

Intermedio. Desandaban en el vestíbulo, con tercios de whisky en las manos, músicos, escritores, poetas, funcionarios culturales y muchachas de negro y pestañas postizas más parecidas a modelos de Christian Dior que melómanas. El presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, sonriente y obsequioso daba apretones de manos a diestra y siniestra a todo el mundo.

Plato fuerte: «Carmina Burana» (Fortuna Imperatrix Mundi, Blanzifor er Helena, Fortuna Imperatrix Mundi), del polémico Carl Orff. «Ritmo primitivo» que no dejó indiferente a nadie. Obra popular, oratorio (¿cantata dramática?, ¿cantata escénica?, ¿canciones profanas?…), contagioso basado en textos latinos y alemanes de la Edad Media.

Momento culminante de la velada que el Coro de Bellas Artes, el barítono canadiense Hugh Russell, el tenor mexicano José Guadalupe Reyes, la soprano mexicana Leticia de Altamirano, la Schola Cantorum de México y OSN, bajo el vehemente caudillaje de Carlos Miguel Prieto, ejecutaron con exaltaciones impetuosas.

Lenguaje tonal imperioso que puso en vilo a los asistentes: orfeón de Bellas Artes en inflexiones precisas y barítono de entonación tajante. Soprano que supo dialogar con el tejido percutivo. Composición casi desprovista de avenencias armónicas, sin contrapunteo instrumental, pero de seductora recitación.

¿Música pro nazista?: Carl Orff lo fue; pero, sus «Canciones de Beuren» seducen por su espíritu de concordias antiguas fascinantes y procelosas. Expansión y epigramas métricos en elípticas manifestaciones desde «señas románticas» que tienen quizás, sus raíces en Richard Strauss.

La anochecida se inundó de versos ardorosos en los que el aticismo, la desesperanza y la espiritualidad juegan un papel cardinal («Estas chicas que giran alrededor / son todas solteras; / dicen que quieren pasar sin ningún hombre/ todo este verano / Ah! Eso!»).

Convite inolvidable. Aclamación de un público satisfecho. Ocho salidas del director. Los bravos! no cesaron. Toda la sala de pie. Gloriosa inauguración de la Temporada de Concierto 2013 de la OSN.

Anuncian para el próximo fin de semana (viernes 15 y domingo 17 de febrero) una gala dedicada a Verdi con el sinaloense Enrique Patrón de Rueda como director huésped y la estadunidense Elizabeth Blancke-Biggs, soprano invitada. ¿Quién se atreve a soslayar semejante convidada?.

México, 9 Feb. (Notimex).-