Ciudad del Vaticano, 24 Feb (Notimex).- A pocos días de que sea celebrado el Cónclave del cual surgirá el sucesor de Benedicto XVI, llegaron hasta El Vaticano las acusaciones de “comportamientos inapropiados”, lanzadas contra el cardenal británico Keith O’Brien.
Según confirmó a la prensa el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, el papa “está informado del problema y la cuestión está ahora en sus manos”.
Apenas unos días atrás, tres sacerdotes escoceses que trabajaron en el pasado con OBrien presentaron una denuncia al nuncio apostólico en Escocia, Antonio Mennini, en la cual pidieron la inmediata dimisión del purpurado.
Un portavoz del cardenal informó públicamente que OBrien negó las acusaciones. Asimismo, según publicaciones de prensa, tanto los acusadores como el acusado habrían presentado sus respectivas declaraciones una semana antes del anuncio de la renuncia del papa, el pasado 11 de febrero.
Según la tradición y la ley de la Iglesia católica, todos los cardenales tienen no sólo el derecho, sino también el deber de participar en el Cónclave para la elección del papa, siempre y cuando tengan menos de 80 años.
La única manera en que un purpurado pueda quedar excluido del Cónclave es sólo a través de la decisión del pontífice, que decida revocarle su dignidad cardenalicia.