Los periodos de postración prolongados, como los que viven los pacientes internados en terapia intensiva, constituyen el principal detonante para el desarrollo de rabdomiolisis, afirmó el especialista Jorge Alberto Romano Romero.
El experto en Medicina Física del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco explicó que la afección se caracteriza por un deterioro de la fibra muscular que en función de su severidad, llega a imposibilitar al paciente hasta para sentarse en su cama.
Indicó que se trata de un problema de tipo metabólico generado como una respuesta del organismo que aun estando inactivo, requiere de elementos para funcionar, entre ellos las proteínas las cuales se encuentran principalmente en los músculos.
Romano Romero, quien encabeza el departamento de Medicina Física y Rehabilitación en el Hospital de Especialidades del IMSS en el estado, señaló que la rabdomiolisis también sucede en quienes realizan actividad deportiva de alto rendimiento como en el caso de los maratonistas.
El especialista comentó que al margen de la degradación muscular, esta afección puede llevar al paciente a insuficiencia renal “por la liberación importante de proteínas musculares que se están destruyendo”.
En la rabdomiolisis, detalló, se desnaturaliza una proteína en específico, la mioglobina, y esto trae como consecuencia la degradación del músculo el cual se adelgaza de manera muy evidente y el paciente baja de peso, en ocasiones, en forma dramática.
“Hay pacientes que al ingresar al hospital llegan por ejemplo con un peso de 80 kilos, y cuando son dados de alta pesan la mitad, 40 o 45 kilos”, mencionó.
En estos casos, dijo, la rehabilitación física juega un papel fundamental, de ahí que, en la medida de lo posible, terapistas físicos se abocan a la atención del paciente durante su estancia hospitalaria “aún en postración, el paciente se mueve, se ejercita, si se puede sentar, lo sientan, si puede pararse, lo ponen de pie porque ‘músculo que no se usa, se atrofia'”.
El médico destacó que una vez dado de alta, el paciente continúa en sesiones de terapia física en el servicio a su cargo y su duración varía en función del deterioro muscular, además de adiestrar al propio paciente y a su familia para que continúen el programa de acondicionamiento en casa.
Destacó que un punto a considerar es la edad del paciente porque, de manera natural y como parte del proceso de envejecimiento, a partir de los 50 años empieza a perderse masa muscular, de ahí que individuos a partir de esta edad tienen más dificultad para recuperarse en caso de desarrollar rabdomiolisis.
La actividad física periódica que incluya ejercicio aeróbico y anaeróbico resulta muy benéfica y una efectiva estrategia para que, en caso de permanecer en postración prolongada, los efectos se reduzcan en intensidad.
Tener una buena reserva muscular, reiteró, se consigue alternando actividad aeróbica con anaeróbica, es decir, hacer diariamente una caminata y además levantamiento de peso, acorde a las posibilidades de la persona, siempre bajo supervisión de algún especialista en la materia.
Subrayó que la alimentación también es importante para nutrir al músculo, y algunos alimentos ricos en proteínas incluyen las carnes, lácteos y derivados, así como frutos secos (nueces, cacahuates, etcétera).
Asimismo es importante una muy buena hidratación, “tomar al menos dos litros de agua al día” y evitar la automedicación, sobre todo para aquellos que suelen tomar relajantes musculares porque el exceso en el consumo de este tipo de fármacos, puede facilitar el desarrollo de rabdomiolisis, concluyó.
Guadalajara, 26 Jun. (Notimex)